Justo en ese momento se escuchó el sonido del timbre.–Yo voy –dije mientras me levantaba y caminaba en dirección a la puerta.
Bien. Esto me dará tiempo a pensar en que decirle a Nikki.
Por fin llegué a la puerta y la abrí. Casi me da algo y me caigo cuando vi de quien se trataba.
Había olvidado completamente que él también vendría. ¿Tenía que llegar justo en este momento?
Este cuando me vio levantó una ceja,–¿Acaso me estas siguiendo?
Me sonrojé –¡Cla-claro que no! –respondí –yo también soy amigo de Iris.
–¿En serio? –sonrió– Tú si tienes varias sorpresas, pequeño saltamontes.
–No me digas así –susurré –por lo menos no delante de ellos.
–¿Por qué? No tienen porque saber la razón del apodo –sonrió malicioso.
–Ellos saben lo nuestro.... Bueno, no exactamente. Pero si ven que actuamos raro lo descubrirán.
Este se quedó un momento pensando –Bien, porque no quiero que nadie se entere que te follo.
Su comentario me sonrojó, ¿Tenía que decirlo de esa manera?
–So-solo pasa.
Ambos entramos, en cuanto Iris lo vio se le tiró encima –Jaaaack, viniste –lo abrazó.
Este la levantó en sus brazos –Claro que sí, no me perdería tu cumpleaños, enanita –revolvió su cabello.
Ok, se qué Jack jamás se metería con la hermanita de ricitos de oro y que probablemente la veía como su propia hermana. Pero verlos así hacía que me enojara, sobre todo por lo cercanos que eran.
Cuando por fin la soltó miró donde se encontraban ricitos y Javier, el cual el último aún seguía sentado en sus piernas pese a que ya no había nadie en el sillón. Estaban metidos en su propio mundo conversando y riendo, creo que esta es la primera vez que veo a Javier así.
–Vaya, tú si actúas rápido –sonrió Jack –Ya es todo tuyo.
Ricitos de oro le sonrió de vuelta y abrazó aún más a Javier –es mío y solo mío.
Javier se sonrojó pero no se separó o protestó. Acaso... ¿Estaba de acuerdo? ¿Por fin se rindió ante ricitos?
–Pues más vale que no lo hieras –miró a Javier. Con su tono de voz no se distinguía si lo decía en serio o estaba bromeando.
–N-no lo haré –susurró en un tono casi inaudible.
Jack sonrió y le revolvió el cabello, luego se sentó en el sillón junto a ellos. Nikki apareció de la cocina e Iris los presentó.
–Bien, ahora que estamos todos, ¿Qué hacemos? –preguntó Iris.
–¿Por qué no comemos? Muero de hambre –dijo Javier.
–Puedes comerme a mí cuando quieras –le susurró en la oreja ricitos a Javier.
Creo que debería alejarme un poco de ellos si no quería escuchar su cursileria todo el rato. Caminé y me senté en las sillas de la cocina, estaba desocupado el lado junto a Jack en el sillón pero no era buena idea sentarme junto a él.
–Yo también tengo hambre desde hace rato –me quejé.
–Tú siempre tienes hambre, Mati –reprochó Nikki –vayamos a preparar una pizza, compramos todo lo necesario.
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Save Me (yaoi/Gay)
RomanceLa vida de Javier Collin era bastante tormentosa con sus problemas en casa y en el colegio, sus malas calificaciónes estaban jugandole una mala pasada, aumentado los conflictos con su padre. Pero todo cambiará cuando una noche, apunto de acabar con...