Capítulo 41: Problemas matutinos

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CHRISTIAN

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue a Javier chupándose el dedo muy acurrucado junto a mí.

Oh dios, quisiera poder tomarle una foto... Y  de hecho, así lo hice, busqué en mi velador mi teléfono celular y muy silenciosamente le saqué una fotografía.

Esto jamás debía verlo Javier, podría matarme si supiera que tengo algo así.

Cuando hube sacado la foto, dejé nuevamente mi móvil en el mueble y me acosté junto a él. No quería levantarme, debían ser cerca de las diez de la mañana pero como era sábado no importaba mucho.

Acerqué mi mano hasta su mejilla y la acaricié suavemente, con la suma precaución de no despertarlo. Su piel era muy suave y estaba caliente, tenía unas ganas enormes de besarlas pero se veía tan pacífico mientras dormía que prefería observarlo.

Y, en efecto, eso hice, no me cansaba de contemplarlo, su respiración suave, su calidez. Se veía tan dócil, nadie pensaría que tenía un genio bastante complicado.

Pasaron los minutos y Javier comenzó a despertar lentamente hasta que finalmente abrió los ojos por completo, al verme mirándolo fijamente pareció asustarse, y al caer en la cuenta de que se había estado chupando el dedo mientras dormía su rostro se enrojeció al instante, pero al parecer no notó que yo me di cuenta.

–¿Cu-Cuánto tiempo llevas ahí viéndome? –preguntó mientras se restregaba uno de sus ojos.

–No lo sé –respondí –Tal vez algunos minutos −hice una pausa− ¿Desde cuándo te chupas el dedo? –sonreí.

Este me miró con los ojos muy abiertos. ¡Ja! había dado en el clavo.

−Ehh... bueno –comenzó despacio pero a los segundos se alteró− joder, que puta vergüenza, mi maldito habito ha salido a la luz.

−Oye, oye, cálmate −sonreí− te veías adorable. –Este desvió la mirada notablemente avergonzado− y... sobre eso... −dije− ¿No querrás chupar otra cosa?−guiñe un ojo.

Javier se sobresaltó abruptamente.

−¿Qué mierda dijiste? –su cara se enrojeció, no se si de vergüenza o de ira, quizá un poco de ambos.

–Hey, solo bromeaba –relamí mis labios– a menos que...

–Ya déjate –desvió la mirada aún más rojo de vergüenza. Ah, como amo sus expresiones.

–Bien –dije dando por terminado el asunto, sólo quería molestarlo un rato.– ¿Vamos a desayunar?

No me respondió.

Javier se había vuelto a tapar con las sábanas hasta la cabeza, parecía un bulto de ropa.

–Hey –puse mi peso sobre él– ¿No tienes hambre?

–No –dijo el bulto –no tengo hambre aún, ve tú si quieres, me quedaré aquí mientras.

Un momento. ¿Javier sin hambre en la mañana? Algo raro pasa aquí. ¿Qué puede haberle sucedido?

–Javier –lo llamé– ¿Ocurre algo?

–¿Ah? No, sólo... Aaah... –simuló un bostezo– aún tengo algo de sueño.

Creo que ya sé que ocurre. Reí para mis adentros.

–¿No te quieres levantar? –pregunté, pero ya sabía la respuesta, ¿Qué otra razón podía haber?

–Nop –dijo desde bajo las sábanas.

–Bueno, iré a preparar el desayuno mientras. Pero antes... –lo samarreé –dame un beso o no me iré –sonreí con malicia.

Save Me (yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora