La fría y montañosa parroquia El Junquito fue creada oficialmente el 8 de junio de 1987. Su territorio limita con Sucre, Macarao y Antímano. En esta fecha es cuando también se separa de la urbanización El Junko, que pasa a pertenecer al municipio Vargas y El Junquito al Libertador.
En la mayor parte de los registros históricos sólo aparece que los primeros pobladores de esta zona fueron las familias europeas. No obstante, el historiador de la parroquia, Javier] Meneses contó que los primeros habitantes del sector fueron los aborígenes, ya que se han encontrado evidencias de su existencia en este lugar. "He fotografiado reliquias como restos de vasijas y objetos de culturas indígenas,
probablemente de los taima-taima o toromaimas de hace más de 500 años".La población empezó a crecer cuando llegaron familias procedentes de una zona llamada Aguare, ubicada en la actual parroquia Macarao, a este espacio cubierto por bosques y abundante vegetación, a principios de los años 30 del siglo pasado.
El establecimiento de estas personas en la montaña se debe a que el expresidente Juan Vicente Gómez se vio obligado a abastecer de agua a toda la población de Caracas que ya venía creciendo con más de 400 mil habitantes y Aguare tenía una importante riqueza fluvial que servía para abastecer a la ciudad. Como esas personas estaban viviendo en sus alrededores, Gómez emitió un decreto para sacarlas de ahí y llevárselas a lo que hoy día es El Junquito, para evitar la contaminación del agua.
Así comenzó a crecer El Junquito. Las personas se mudaron a lo que es parte de El Junko, específicamente donde está una urbanización llamada el Tibrón, que para ese entonces era una hacienda cafetalera.
"Así podemos decir que el general Juan Vicente Gómez mató dos pájaros de un solo tiro, sacó a las familias de Aguare para tener esas aguas limpias y envió a personas para que trabajaran en la producción del café".
Fue así como las personas empezaron a trabajar la tierra de esta zona. Además del café, producían cebolla y naranja. Luego, se expandió el cultivo de hortalizas, razones por las que El Junquito ahora también se caracteriza por su producción agrícola.
"Se instalaron allá arriba sin recibir un centavo, las mujeres empezaron a trabajar las tierras y los hombres como arrieros (llevaban mulas y burros amarrados uno tras otro), desde la montaña hasta el tren de Caño Amarillo en 1940. Ahí cargaban en los vagones y los llevaban a La Guaira para ser exportados, generalmente a países europeos".
También recordó que en 1938 se fundó la antigua Escuela de Policía de El Junquito. Esto motivó que el entonces gobernante Eleazar López Contreras habilitara una carretera para tener un nuevo acceso hacia esta institución.
El historiador comentó que debido a la afluencia de personas en el lugar, se estableció una venta de cochino frito a las afueras, a cargo de un señor llamado Emilio Castillo, un moreno de contextura robusta. "Como él veía que pasaban muchas personas por ahí para visitar a los muchachos que estaban estudiando para policías, se acostumbró a sacar un caldero, picar trocitos de cochino, los freía y se los vendía a la gente que pasaba por ahí". De esta manera, este señor fue quien estableció la costumbre de vender el famoso cochino frito que ahora se le conoce con el nombre de cochino frito tipo Junquito.
Para entonces, ya había varias familias viviendo en la Laguna de Apretadero (un sitio donde las personas se detenían para dejar que los animales tomaran agua y aprovechaban de apretarles las cargas porque ya venían caminando desde la hacienda del Tibrón). Así los primeros pobladores del pueblo fueron habitantesde Carayaca, estado Vargas, quienes construyeron sus viviendas a orillas de las lagunas, que se secaron en los años 60.
En la laguna que abarcaba el espacio donde se construyó la Plaza Bolívar del pueblo abundaban las matas de junquito,denominadas así por el pequeño tamaño de la planta junco. Por esta razón, el nombre de la parroquia proviene de la planta característica de estas tierras.
ESTÁS LEYENDO
Historias de Caracas
Mystery / ThrillerSe trata de toda una colección de las historias de la capital de Venezuela: Caracas. Este libro tendrá relatos históricos y también de terror