Lo bueno, dura poco.

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Narra Neymar:

Básicamente puedo resumir estos días con Sofia en completa felicidad, todo hasta el momento parecía ir muy bien, pero como lo bueno dura "poco"... la vida me demostró lo mal que está mantener una mentira.

Lo que sucedió es que una semana después de año nuevo, alguien tocó a la puerta de la casa, era Adriana, mi madre la invitó a seguir ignorando que Sofia estaba en la habitación mientras yo me ejercitaba con los Toiss, ¿Se le habría olvidado que yo le había estado escondiendo todo a Sofia? , por supuesto que a mi madre se le había olvidado ella se vio cegada por el hecho de que Adriana era la madre de su nueva nieta y justo cuando recordó que Sofia estaba en casa salió a buscarme cerciorándose de que Sofia no descubriera todo. Por alguna razón sentía ese presentimiento de que las cosas iban a ponerse mal. Mi madre entró apresurada al gimnasio de la casa y me pidió que habláramos a solas.

-Ney, ven aquí- Dijo mi madre

-¿Qué sucede?

-Hijo... Adriana -Contestó nerviosa

-¿Qué pasa con ella?

-Está aquí en casa.

-¿Pero cómo? ¿Quien la dejó entrar? ¡Sofia esta en la habitación y se puede enterar de todo!

-Yo hijo, lo siento se me olvido por completo...

Y en seguida me dirigí hacia donde estaba Adriana, estaba furioso, prácticamente mi engaño se estaba cayendo en pedazos, cuando Adriana me vio venir me miró con odio, sabía que las cosas se podrían problemáticas entonces me relajé un poco.

-¿Qué haces aquí? -Le dije casi susurrando.

-¿Qué hago aquí? Vengo a preguntarte porque no volviste a llamarme y ni siquiera en navidad me has ido a visitar, ¿acaso se te olvida que soy la madre de tu hija?- Gritó Adriana.

En seguida todos los que estaban en casa se percataron de la situación y junto a ellos por supuesto Sofia.

-No grites, porfavor -Le dije tratando de calmarla.

-Eres un desgraciado no puedes olvidarte así de mi y hacer como si nada hubiera pasado- Continuó Adriana gritandome.

-¿Qué pasa Juninho? -Dijo mi Padre.

-Creo que es evidente... -Respondí.

-Señorita tranquilicese no le favorece al bebé que esté así- Le dijo mi Padre a Adriana.

-Adriana dialoguemos, no discutas -Dije a Adriana.

-No quieres que tu novia se entere de lo miserable que eres, ¿Verdad? -Gritó Adriana mientras miraba fríamente a Sofia que estaba asomada en las escaleras.

-No es eso... Las cosas se pueden solucionar hablando- Dije tratando de ignorar el hecho de que Sofia ya había descubierto mi engaño.

Cuando volteé a mirar a Sofia ella me vio decepcionada y subió a la habitación, yo no sabía que hacer así que permanecí callado.

-Hijo has sido muy cruel con Adriana, ella tiene razón, no puedes olvidarte de ella y hacer como si nada... -Dijo mi Padre.

-Lo sé, Adriana disculpame siempre Me olvido de algunas cosas importantes por querer hacer otras -Dije arrepentido.

Yo no quería decir eso, ni siquiera disculparme pero si algo he aprendido de la vida es que a las mujeres les encanta tener la razón y si no se la daba el problema seguiría.

-¿Y no preguntarás como está tu hija? -Dijo Adriana.

-Por lo que veo muy bien, ¿No? , luces bien Adriana supongo que mi hija está bien ahi adentro.

-Eso esperó, la única razón por la que vine es porque hoy tengo control, quiero que me acompañes a ver como está el bebé, ¿Puedes?

-Si... -Dije nervioso.

-Bueno ¿Podrias pasar a recogerme?, creo que tienes muchos problemas que solucionar -Dijo Adriana.

-Si, claro.

-Adiós- Dijo Adriana.

En ese momento sentía morir, estaba perdido, no sabía que pasaría después, no sabía qué decirle a Sofia...

Más allá de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora