Mi primera vez

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Una cita doble e incómoda, Laura estaba borracha y botaba más humo que un ferrocarril de vapor anticuado. Mi acompañante era un joven apuesto y delgado, y que no me interesaba del todo, a pesar de que le gustaba Elantris.

Laura iba con tipo muy guapo, vestía camisas de las que no puedo imaginar su precio, tenía los ojos preciosos y también creo que estaba asustado por mi amiga.

Después de hablar de Elantris, la ciudad maldita, descubrí que Rafael y yo no teníamos mucho en común, lo cual era terriblemente incómodo.

-Vamos fuera-le dije, y su expresión fue de sorpresa-necesito un poco de aire-

-Vamos Rafa, haz que ese coñito se móje hasta los muslos-Grito Laura-

Reprimí el mejor de los insultos, o el peor, también tranquilicé mi demonio interior porque iba a asesinarla.

-Ups-dijo-No tengo modales-

Jalé a Rafael de la mano y él sonrió, cuando llegamos al auto de Laura di el suspiro más largo de mi vida, y cuando intente hablar me beso, yo lo rechacé, no me lo esperaba.

-Hemos pasado una gran noche-dijo-creí que...

-Pero ni si quiera estaba lista-dije-podrías haberme golpeado, iba a hablar-

-¿Para qué hablar si podemos resumir todo con un beso?-

Con esa frase las cosas pasaron de la decepción al desagrado, Rafael no era una mala persona, quizás era yo la pesada.

-No iba a hablarte de eso precisamente-dije-

-¿Entonces de qué?-

-No estoy lista para salir con nadie-dije-

-Oh... yo pensé....

De pronto hubo una tercera sensación, la primera la decepción, la segunda el desagrado, y la tercera era lástima.

-He estado muy solo desde que Sara se fue, Carol-dijo-Estoy un poco mareado-

-No te preocupes-tomé su hombro-¿Quién es Sara?-

No me lo dijo con palabras, pero me mostro su expresión y con ello me dijo que Sara era todo y ahora ya no era nada.

-¿Donde esta ella?-

-Conoció un francés-dijo-se fue con el-

-Es una historia muy triste-dije-lo siento-

-No te preocupes, he tomado mucho vodka, te pido disculpas-

Y de pronto soy una estúpida, y ahora en menos de tres minutos me agrada enormemente el tipo.

-No es nada Rafael-me acerque a sus labios y los roce-También he bebido de más-

-Háblame de ella-continúe-¿Por qué te tiene tan triste?-

-Porque no quiero odiarla-dijo-pero la odio ¿sabes? siento que escuches esto, no puedo evitarlo, todas las noches viene un recuerdo a mí, no es un recuerdo malo, es uno bueno, y eso lo hace más malo. Ella está debajo de mis sábanas y me mira a los ojos, nos ponemos a jugar y se aferra a mí, dice que me ama, que no la deje ir con el francés, que él es un secuestrador.... ¿es patético, no?-

-Laura diría que es una señal de tu subconsciente que se niega a perderle-

Empezó a reír.

-En realidad me dijo algo parecido-dijo-ya dejemos a Sara en paz, en la torre Eiffel siendo follada por su francés, que ella sea feliz es lo único que me importa-

-¿Sabes que eso es una tremenda mentira no?-

-Si-dijo y entonces lo bese y el agarro uno de mis pezones, la voz de Laura, alta y fuerte hizo que nos hizo separar.

--Aquí no muchachones-dijo-Nos vamos a mi casa-

En casa de ella bebimos más y después de un rato se fue al cuarto con su pareja diciéndonos que podíamos fornicar si lo deseábamos, y me guiño el ojo.

Lo hicimos en el mueble grande, al principio fue incómodo y casi me caigo. Me desabrocho la blusa y besó mis pezones, no entendía porque se precipitaba tanto, porque era tan rápido, y su respiración y palpitaciones podían sentirse, además sudaba mucho, no entendía porque iba tan rápido, así que cerré los ojos e intenté disfrutarlo (¿esto es el sexo? ¿Una babosa te chupa todo el cuerpo y debo excitarme? porque no estaba nada mojada) Luego sentí sus labios en el cuello, y entonces empezó a lamerme y toco mi entrepierna que estaba más seca que un lago extinto por el sol. Me quito el pantalón y de compañero se fue el interior, el tipo era una bomba de excitación, me pregunté, y ahora hasta me rio, si ese hombre iba a eyacular sin meterla. Cuando toco mi vagina todo cambio aunque sea un poco, me estremecí, y el tipo se volvió loco, se movía más, casi hasta me caigo, y luego sentí sus labios en mi entrepierna, no intente alejarlo, se sentía bien, muy bien, me relajé, a veces me sorprendía gimiendo y tomándole la cabeza, luego él se quitó el pantalón, ¿eso fue todo el sexo oral? ¿Dos minutos? ¡Pero si recién estaba mojándome! Su pene. Su pene era extraño, como curvado,  café y grande.

-Ya-dijo-

-¿Ya?-

-Si ya-dijo-no puedo más-

-Bueno, entonces ya despójame de mi castidad-

Sonrió.

Duele. Como nada en el mundo. Duele. pero en medio del dolor y el poco tiempo imagine la cara ceñuda de Francisco viéndome en un acto de voyerismo, se fumaba un cigarro mientras veía como me penetraban una y otra vez, yo lo miraba a los ojos y le decía "estas viejo y roto para mi" y el no sonreía, casi nunca sonreía, ni en mis imaginaciones.

La fantasía se fue cuando Rafael hizo un gemido y se tiró a un lado.

-Termine-dijo-

-¿Ya?-

Se avergonzó, su cara se puso rojo tomate.

Esa noche lo hicimos tres veces, Laura tenía razón, la primera vez está sobrevalorada, duró trece segundos y me dolió mucho, creo que el sexo se va haciendo mejor a medida que sigues haciéndolo, no sé si sea una ofensa para Rafael pero en todas mis fantasías estaba Francisco, pero estoy segura que en todas sus fantasías también estaba su Sara.




Los 7 cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora