Capítulo 34: << ¿Tu? >>

192 15 0
                                    

-¿Qué fue lo que pasó allá adentro –Dijo Adam aguantando una leve risa

-Jodida Hannah –Murmure- ¡CON TODAS LAS CHICAS DEL MUNDO!

¡PERO CON HANNAH, ADAM! –Grité exasperada

-¿La conoces?

-Qué si la conozco –Me burlé- la conozco y mucho, y déjame decirte que es una jodida perra plástica, rubia teñida, ojalá y le dé herpes

-Oye, que mala –Se rio

-Yo de ti le hacía una prueba de paternidad antes, esa chica es la mujer más perra que he conocido en mi vida, yo sé porque te lo digo Adam

Mi celular vibró en un bolsillo de la chaqueta

Llamada entrante de Catt:)

Rechazar <<< >>> Aceptar

Aceptar.

-Hola? ¿Catt?

-A—Ayúdame –Sollozo- Ayúdame Linda –Dijo del otro lado casi en un susurro

Su padrastro.

-¿Dónde estás Catt?

-En mi casa, S-se ha vuelto loco –Sollozo- está borracho y me he encerrado en mi cuarto –Volvió a sollozar- ¡Quiere volver a tocarme! –Gritó-

-¡No! ¡No! Claro que eso no va a pasar Catt, escúchame muy bien, necesitó que te encierres en tu cuarto ponle cosas que hagan bloquear la entrada, joder Catt, necesito que te calmes, ya voy para allá, solo no me cuelgues ¿ésta bien?

-O-ok –Tarmudeo de nuevo

Seguía con el celular en mi oreja, solo escuchaba la respiración de Catt, me despedía de Adam, solo diciéndole que una amiga estaba en problemas, arranque en mi auto a la velocidad que sabía no era la adecuada, pero sabía que me llevaría justo a tiempo, le pedí a Catt que me hablará de cualquier cosa para saber si estaba bien, deje el auto en la calle, y le dije a Catt que entraría, colgué, y le deje un mensaje a Sebastián, si ese maldito loco que estaba allá adentro se salía de sus putas casillas e intenta algo, no sé qué va a pasar.

Me:

Sebastián, estoy en casa de Catt, si dentro de 15 minutos no te he dado ninguna clase de seña, necesito que vengas. Te necesito Villalobos.

Nuevo mensaje de Adamm.

Adamm.:

¿Están bien?

Me:

Aún no lo sé, debo entrar. Adiós.

Y Así fue como entre, la puerta estaba abierta en la sala había unas botellas quebradas, algunos cuadros rotos, ese tipo estaba mal, la silueta de un cuerpo como un metro más grande que yo me sorprendió, ahí estaba, de espaldas en la cocina, tome un jarrón de una mesa y me acerqué a él, cuando se dio vuelta, el mundo cayó sobre mí, no podía ser cierto... ¿Él? ¿Tenía que ser él? Sentí lagrimas picando por salir de mis ojos, un puto nudo en la garganta, y mis piernas flaqueaban, todo se estaba poniendo borroso y sentí que en cualquier momento me desmayaría ahí.

-¿Tu? –Fue lo único que salió de mi boca antes de sentirme hundir en un profundo agujero negro.




No somos perfectos, lo siento. // Sebastián Villalobos // (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora