No somos perfectos, lo siento. // Sebastián Villalobos // (+18)

Capítulo 41: << Quieres ser... parte 1 >>

Juana y Catt salieron de casa, y dijeron que buscará una nota debajo de un lugar especial en esta casa, ¿están locas? Si.

¿Lugar especial?

¿Lugar especial?

¿Lugar especial?

Uh, si ya sé

¡La cocina! ¿Qué? es mi lugar especial.

Nada

Entonces recordé 4:00am

Corrí hacía la sala y levanté el tapate

BINGO

"Bingo hermosa, quiero que esto sea especial

Tienes 5 minutos para recordar el primer lugar en el que te hablaron de mí, pasados estos 5 minutos alguien irá por ti, tú solo dile a donde ir...

Con amor y pizza Sebastián."

¿Primer lugar en el que me hablaron de él?

¡El moll!

La vez que David le pidió la dirección de las carreras.

Y como dijo, una bocina se escuchó afuera de mi casa, corrí a subirme al auto negro, le di la dirección del moll y el señor que conducía el auto arrancó hacía allá

¿Qué estaba pasando? No lo sé

¿Estaba nerviosa? Si

¿Estaba preocupada? Si

¿Sebastián estaba loco? Tal vez.

Llegamos al moll y el señor que conducía con una sonrisa me paso otra nota

"¡Creo que si lo recuerdas!

Hermosa, esto será un tipo de acertijo ¿va?

Pones cosas encima de ella, tiene cuatro patas, es redonda, como puede ser cuadrada, pones una hamburguesa encima de ella, pero no se la come

Suerte xx!

Con amor y pizza, Sebastián."

¿Qué diablos?

Corrí por todo el lugar tratando de averiguar de qué carajos hablaba Sebastián ¡La mesa, Linda!

Entonces ahí estaba, la otra nota, en aquella mesa donde David había llegado con la dirección del lugar de las carreras

"¡Sabía que lo lograrías, eres inteligente!

-¿Pretendes que me siente ahí contigo?

Esas palabras fueron dichas por mí hace ya mucho, Linda es tu deber recordar el lugar donde las dije...

Suerte xx!

Con amor y pizza, Sebastián"

Entonces mi mente empezó a recordar, ¿qué?

¿Cuál lugar?

"-¡Tienes un mosco!"

¡Ya sé!

La escuela...

Corrí de nuevo al auto y el señor me esperaba con una sonrisa en el rostro, le pedí que me llevará a la escuela, y por alguna razón los porteros me dejaron entrar, caminé hacía el salón de sociales, y en aquella mesa que compartí con Sebastián, ahí estaba...