Capítulo 46: << La despedida >>

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Fiesta de graduación

Traía puesto un vestido pegado a mi cuerpo negro, unas mayas veladas, y lo más horrible de todo. Tacones, odio estás jodidas cosas muy hijas de su madre, me están matando lo malditos pies, Juana me obligo a maquillarme y me siento como si un puto unicornio hubiera escupido en mi cara, le hicieron unos risos a las puntas de mi cabello, Sebastián traía puesto una camiseta blanca una chamarra gris, y un jean, para él eso era ser elegante, y se veía tan bien, tonto.

-¿Te dije lo hermosa que te vez hoy con ese vestido? –Susurro alguien a mi oído y podría reconocer esa voz donde fuese- y tus piernas... tu cintura, maldición Linda Hollsol, por qué me haces esto, eh –Dijo con la voz ronca

Mis piernas temblaban, mi corazón se estaba acelerando al mil, y no sabía que responder

-H-hacerte ¿qué?

-Verte tan jodidamente sexy cuando no puedo quitarte ese vestido y hacerte mía justo ahora –Dijo para voltear mi cara y darme un beso, un beso que pronto sería el último...

-¡Sebastián! –Gritó Arango

-Ummmh –Se quejó

-¿Se van a estar besando toda la noche o van a disfrutar? –Se burló

-¡Arango! –Dijimos Sebastián y yo al mismo tiempo

Y así se pasó la noche, besos, abrazos, bailes, risas, y el sentimiento de tristeza de una pronta despedida que nunca se fue de ninguno de nosotros.

-Ya, vámonos. Juana, Catt y David se vienen en mi auto –Dije

-Vale, Arango, Mario y Ruiz conmigo –Dijo Sebastián

Habíamos quedado en ir a dormir todos en casa de Sebastián y Mario, y en la mañana ir por la maleta de Juana, David y yo

En el camino nos reíamos de cualquier cosa que recordáramos, por ejemplo la primera vez que vi a Sebastián borracho, y cayó en mis hombros, jodido Sebastián me hizo caer a mí también, esa misma noche conocí a Juana

Paramos en un semáforo, y Sebastián me miro por su ventana, sé lo que está pensando, yo también lo estoy pensando, aceleré el auto pero aún tenía el freno pisado, Juana y Catt se miraron y soltaron un gran grito, mientras David se reía, él ya sabía lo que iba a pasar, desde el auto se escuchó a Mario gritarle a Sebastián que a donde se mataran lo revivía y lo volvía matar y le dejaba en cuerpo como comida de tigres, y a Juan y Arango carcajearse, el semáforo cambió a Amarillo, a lo que cambié el cambio del auto, muy pronto la luz se puso en verde, y ahí comenzó todo, mi cuerpo vibraba, y sentía toda la adrenalina que necesitaba sentir, puse un cambio más, y pronto unas luces se nos acercaban. M a l d i c i ó n

Me hicieron detener el auto y el de Sebastián no tardó en alcanzarnos, bajé del auto y noté a Sebastián carcajearse con el oficial de policía

-¿Eh? –Interrumpí

-La última Villalobos, la última –Habló el oficial

-Si parce, la última –Le dijo Sebastián

-Adiós, jovencita –Se despidió el policía

-Eh, adiós –Dije y se retiró- ¿qué fue eso?

-Uh, conozco a Mark desde tiempo atrás, así que me la pasó, siempre me las pasa –Se río

-Entonces... -Balbuceé- gané yo –Dije fuerte-

-Pero si no ha acabado –Dijo y corrió al auto, acto que yo seguí

No somos perfectos, lo siento. // Sebastián Villalobos // (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora