My alíen

5. Tú

Oscuridad... todo a mi alrededor estaba oscuro.
Intente abrir la puerta pero no pude. Me acerqué a ella y logre notar como pasos recorrían el callejón. Me aleje de la puerta...

Los minutos pasaban y todo seguía igual. Hasta que dejé de oír pasos en el callejón. Me gire a la enorme y oscura bodega y me recosté en la puerta. Me mantuve alerta...

Siento como alguien se aleja un poco. Pasos resuenan en la enorme habitación.

La luz se enciende de la nada y veo muchas pilas de cajas. Tiemblo pero poco y antes de que alguien lo noté, me controló.

-Hola- digo casi en un susurro. Pero el eco de la habitación hace que mi voz se escuché mucho más fuerte.

Pasos se acercan y yo me preparó para defenderme si es necesario. Es cuando veo a un guapo muchacho de unos veinte y tantos años.

Ojos cafés claro, cabellos rubios cual oro, piel blanca y tersa, un rostro de dios griego y un cuerpo super definido debajo de un sexy uniforme de la PNU (policía de las naciones unidas).

-¿se encuentra bien?- pregunta al ver que no reaccionó. Es que estoy feliz. Estoy salvada. No más terror... pueden imaginarse lo que es para mi encontrarme con un policía después de todo lo que ha pasado... y mas siendo este sexy hombre que me salvo...

-si. Podrías llevarme a las oficinas de la NUM más cercanas o a la Jefatura de policía de la zona?- le preguntó. No debo perder tiempo debo ir donde mi madre...

MI MADRE!!! Debo avisarle lo más pronto posible.

-señorita, claro sería un placer pero puedo preguntar por que esos hombres la seguían?-

-Lo notaste- digo feliz de al menos haber llamado la atención de alguien dispuesto a a intervenir

-señorita?-

-ellos me habían secuestrado y es vital que me comunique con mi madre ahora mismo.- le demandó

-debe levantar una denuncia- sonrió ante su ingenuidad, aún no me ha reconocido - cuando lleguemos a la Jefatura podrá contactar con su familia

-no lo entiendes. Es un asunto de seguridad mundial- le digo preocupada por que engañen a mi madre y la hagan cumplir demandas sin siquiera tenerme en su poder. Y quien sabe las barbaridades que la hagan cometer...

El parece pensarlo un momento... pero no se da por enterado de la situación. Saca su teléfono con desconfianza y me lo entrega. Marco el número directo de mi madre y suena varias veces antes de que contesten...

Llamada telefónica

-¿Hola?- escucho la voz de mi madre...

-mamá soy yo. Escúchame. Estoy bien. Este es el número del celular de un oficial de policía. Me he escapado y ahorita estoy con el. Me llevará a la Jefatura más cercana. Pero por lo que más quieras ya no dudes en mandar a arrestar a esos tipos, estoy a salvo...-

El silencio se mantiene en la línea y por un momento creo que se ha cortado la comunicación. Pero miro y sigue en línea...

-¿mamá?- pregunto muy temerosa

-hija- susurra, pareciera estar sorprendida.

-Dalia cariño por Dios. Estas bien pero como, es que no lo entiendo, yo creí lo peor cuando escuché tu grito...- Dice casi susurrando como si no se lo pusiera creer.

-mamá prometo llamar de nuevo. Debo moverme, sólo en la jefatura estaré segura y debo irme- le digo

-Dalia hija cuídate y Llámame inmediatamente estés ahí y manda tu ubicación, mandaré por ti...- promete.

Fin de la llamada

Cuelgo, me giró y le entregó su teléfono al sexy policía...

-debemos irnos- le digo, y estoy a punto de voltearme u abrir la puerta cuando su mano me sujeta

-¿quien eres?- pregunta mientras me suelta

Suspiró y contestó -Soy Dalia María Sánchez hija de Amelia Sarai Roldán De sanchez. Sucesora de la NUM, futura líder del pueblo.- le digo cansada de presentarme

Sus ojos se habrán y me miran con asombro. Su mandíbula cae y su boca refleja una perfecta o.

Me alejo nuevamente en dirección a la calle, y su voz me interrumpe.

-Señora, no puede salir asi-

-Señora?- le digo- es encerio?- pregunto- ahora soy señora -rio- sólo dime Dalia o señorita incluso estaba mejor-

-Lo siento Dalia, no creo que sea lo más apropiado salir asi- Dice mientras señala ni ropa.

Inmediatamente, me observó y noto lo terrible que me veo. Visto unos pantalones rotos, y una camisola. El rubor entra a mi cara, y el lo nota y sonríe. Se saca su camisa del uniforme quedando en una simple camisa blanca estándar. Me coloca esa en los hombros. Botón a botón me la abrocho. Y al terminar me dirijo a la puerta. Quitó el seguro y al jalar el dolor invade mi brazo. La herida...

El nota mi mueca y mira a mi brazo y nota un pequeño parche de sangre comenzar a formarse en su camisa, sobre mi brazo izquierdo.

-estas herida- Dice como si no fuera lo obvio. Ignoro su comentario y salgo. Me sigue hasta la entrada del callejón donde toma la delantera y me guía hasta la Jefatura donde llamó a mi madre, la cual manda un helicóptero a recogerme.

Para cuando llega, he conocido mejor a Ronald, el policía que me salvó y me he dado cuenta de lo especial que es...

Mi madre lo felicita y después de pedírselo, promete darle un ascenso a Ronald en su trabajo como recompensa, siempre y cuando no me queje por ser llevada inmediatamente al hospital privado de la NUM.

Salgo sintiéndome segura en los abrazos de mi madre mientras miro hacia Ronald. Tu, mi nuevo Salvador. Y el que creo será mi próximo gran amor...