8. escape y ojos de oro

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Serás mía. Te guste o no...
Será por las buenas o por las malas...
Nunca regresaras al lugar del que veniste....
Madre....
¿cuál será mi destino?...

Poco a poco las palabras se arremolinaban en mi interior y ahí dentro de esa cama y en vuelta en esas sábanas no podía dejar de pensar en que rayos pasaba... pensar en todo, y preguntarme que era lo que estaba pasando...
Hasta ahora he logrado comprender que no es un secuestro común y corriente y además se que por más loco que se escuche, ya no estamos en la tierra.
Después de lo que ese hombre, ser o lo que sea que sea, me dijera lo que me dijo. Estoy casi segura que no es una persona de la tierra sino una criatura viviente de otro planeta.

Dios Dalia acaso te oyes, me reprende mi subconsciente, en definitiva, te estas volviendo loca.

Me levantó lentamente y me acerco al que supongo es el baño. Pero al entrar encuentro artefactos que desconozco. Se que es el inodoro porque cumple esa función pero se mira muy diferente y extraño. La ducha es sólo un agujero en la pared de donde yo supongo sale el agua. Y también hay algo parecido a una bañera.

Entró y me despojó de mi ropa, Poco a poco. Entró en lo que parece ser la ducha y preciono una especie de botón que hay serca. De inmediato comienza a caer un chorro de agua muy parecido a una pequeña cascada. Sin pensarlo mucho me meto bajo el. Comienzo a buscar jabón o shampoo pero no encuentro. Así que por más asqueroso que suene, salgo así de la ducha, claro que después de diez minutos restregandome el cuerpo bajo ese abundante chorro de agua...

Me envuelvo en una enorme toalla y camino directo a la habitación. Observó la ropa que tenía puesta y esta más que sucia, además de que es incómoda como para buscar la forma de salir de aquí...

Me acerco lentamente al armario y para mi sorpresa encuentro un traje parecido al de ese hombre, sólo que en versión femenina.

Lo colocó lentamente. Y es una especie de pantalón señido al cuerpo con unas botas muy parecidas al estilo militar de la tierra. Una camisa de tirantes negra a juego pegada, chaqueta de algo parecido al cuero sólo que más flexible, Y en la cintura lo que parece ser un cinturón, sólo que con tantos compartimientos que no se para que...

Me hago una cola alta con una Liga mientras salgo del armario. Estoy acercandome a la cama cuando la puertas se habren y dejan ver a un hombre mayor, quisas unos 30.

-a qui esta tu comida- Dice mientras coloca lo que parece ser una bandeja con un plato de algo así como fruta. Volteó a verlo y noto que me mira de arriba a bajo con una enorme sonrisa y unos ojos llenos de deceo. Es ahí cuando me percató de las especie de armas que lleva puestas en un cinturón.

Algo en mi cerebro hace clic y decido jugarmela. Me acerco lenta y seductoramente a él mientras le dedico una enorme sonrisa. ¡que asco!

Cuando estoy lo suficientemente cerca enrollo mis brazos a su cuello y me acerco lo más que me permite mi baja estatura a su rostro.

-¿qué haces?- me pregunta

Le sonrió maliciosamente y me acerco a su rostro. Lo besó de una forma muy seductora y siento sus manos en mi trasero. De la impresión suelto un suspiro en su boca que le da la oportunidad de profundizar el beso, por Dios quiero vomitar del asco...

Antes de que mi débil estómago me traicione me dispongo a bajar mis manos por su torso dispuesta a despojarlo de las armas que tiene.

Estoy a punto de cumplir mi objetivo y soltar la última arma cuando me tira sobre el colchón colocándose sobre mi, entre mis piernas. Trató de moverme pero lo único que logró es darle mayor acceso a mi cuello y casi inmediatamente siento sus labios en mi cuello y un camino de pequeños mordiscos hasta la parte de atrás de mi oreja.

My alíenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora