¡Joder! El primer día con la nueva profesora de lengua y llego tarde a clase...
- ¡Adiós mamá! ¡Desayuno por el camino! - le dije mientras salía corriendo hacia la parada de bus.
Llegué justa de tiempo al instituto pero mi clase estaba en la segunda planta, justo cuando entré en el pasillo advertí a lo lejos al director entrando a mi clase acompañado por una chica joven y corrí tanto como pude hasta entrar justo detrás de ellos antes de que cerraran la puerta, pero iba tan acelerada que me choqué con él al entrar.
- Lo siento - dije agachando la cabeza y me fui a mi sitio.
Me sentaba en primera fila, no es que sea una empollona pero me no gusta el revuelo que suele armarse en la parte trasera de clase, prefiero la tranquilidad y el silencio de las primeras filas. Si un día no tengo ganas de atender siempre puedo mirar por la ventana... No soy una chica de muchas palabras. Me las apaño bien sola.
- ¡Por los pelos, Schumacher! - me dijo Cata, mi mejor amiga mientras me daba una palmada en el culo al pasar por su lado para sentarme.
- Sí... ¡Cata!... - le dije entre dientes.
Cata es de esas personas sin vergüenza alguna. Siempre dice y hace lo que le da la gana y eso incluye darme en el culo y vacilarme con director delante...
- Señorita Martínez ¿puedo empezar? - le preguntó el director a Cata.
Cata no dijo nada, solo hizo una de esas muecas clásicas de cuando se da cuenta de que ha vuelto a hacerlo... ha vuelto a llamar la atención con algo en el momento en que no debía hacerlo...
Ella nunca procesa la información en el cerebro... Lo suyo nace en el estómago y va directo a sus manos o a su boca. Es su peor defecto y también su mejor virtud.
- Y usted señorita Duque, no creo que deba recordarle que las clases empiezan a las 8:30h. y que no está permitido correr por los pasillos.
- Perdón...
- Chicos, les presento a Edurne Salazar, su nueva profesora de lengua y también su tutora hasta final de curso.
Nuestra tutora y profesora de lengua era María, la tía más maja del Universo, pero estaba embarazada y había cogido la baja por maternidad... A ver qué nos espera con la tal Edurne...
- Te dejo con ellos - le dijo - pórtense bien, señoritos - añadió hacia nosotros el director.
Cuando el director salió de clase, Edurne se apoyó en su escritorio y comenzó a presentarse.
- Hola chicos - sonrió - como bien os ha dicho Antonio, voy a ser vuestra profesora de lengua y también vuestra tutora. Sé que María era muy querida por alumnos y profesores así que voy a intentar estar a la altura. Me gustaría que confiarais en mí como tutora y también os animo a preguntar tanto como queráis en mis clases de lengua.
¡Oh dios mío! la estaba mirando al hablar ¡y se me estaba cayendo la baba! Entre las prisas, el choque al entrar en clase, Cata con sus tonterías y el discursito sarcástico de buenos días que me había dado el director, no me había fijado en el bellezón que tenemos por profesora.
Edurne era bellísima... Un poco más alta que yo, morena, de ojos verdes, pequeñas pecas le cubrían el rostro por encima de la nariz y ese cuerpazo... Y esa sonrisa... Wow... En mis 16 años de existencia no he visto mujer más perfecta. Y qué voz, no quiero olvidarme de esa voz rota que tiene...
- Chicos, como es nuestro primer día, si estáis de acuerdo, podemos hacer hoy la clase de tutoría y conocernos un poco. Mañana en la hora de tutoría traed vuestros libros de lengua y recuperaremos la clase de hoy. ¿Os parece bien?
