T1. FINAL Parte 3: El cielo de Alma

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Día menos 301 para subir al avión


Hoy era el último día con ella. 15 de junio, mi graduación. Hubo una fiesta espectacular en el instituto desde por la tarde, y aprovechando que Edurne se llevaba bien con mi madre, no nos separamos ni un momento aunque obviamente... no era así como quería pasar mis últimas horas con ella pero... Es lo que había.

En una de esas, Cata y Hugo volvieron a apañárselas para dejarnos a solas. Esta vez en el gimnasio.

Nos tumbamos frente a unas colchonetas, resguardadas de todo tras el potro y otros utensilios y objetos del gimnasio.

- Estas preciosa - dijo.

- Tú también - dije embobada en sus ojos, a cuya belleza me era imposible acostumbrarme. Tanto que a veces, aún hoy en día tenía que dejar de mirarla porque me imponían. Pero esta vez estaba luchando contra eso. No sabía cuando volvería a ver ese brillo verde tan de cerca.

- Me encanta que subas a tu nube - dijo - y más aún si lo haces mirándome. Y mirándome de esa manera...

No pude hacer otra cosa que sonreír y acercarme a ella. Titubeé un poco pero después de mirarnos como lo hicimos, no tuve dudas, ambas queríamos lo mismo... No era el mejor lugar, ni el más bonito y, desde luego, no el más adecuado, pero fue el lugar perfecto donde hacer el amor por última vez.

- Tengo algo para ti - dijo buscando algo en el suelo.

Agarró una bolsa y la puso entre nosotras.

- Adelante - dijo.

Al abrirla encontré mi regalo de navidad. Ese que estuve toda la noche preparando antes de que se marchara, ese que le entregué en mano el día en que Leo nos pilló besándonos. Había hecho más cosas... Le regalé una pequeña libreta con un montón de frases que me había dicho o que yo le había dicho en algún momento. Esas frases que se te graban a fuego en la memoria y que prometes recordar hasta el último día. O más bien esas frases que, por mucho que quisieras, sabes que ya no podrás olvidar.

También hice dos pulseras de cuero negro completamente iguales, una para cada una, pero lo que me mantuvo despierta fue ese álbum que ahora me traía ella de vuelta. Un álbum de recuerdos hecho a mano y que le regalé completamente en blanco, para que lo rellenara con lo que ella quisiera.

Me quedé observándolo en silencio mientras recordaba ese día.

- Vamos, ábrelo - me dijo.

No podía creer lo que veían mis ojos... Al mirarlo por encima pude apreciar que había llenado gran parte de éste...

- ¿Son tus recuerdos? ¿Cómo te ha dado tiempo a guardar tantos en tan poco tiempo? - pregunté.

- Porque no son solo de estos últimos meses... hay recuerdos de antes.

- Ah - dije sorprendida y extrañada.

- Venga, Alma... míralo.

- ¿Puedo verlo? Pensé que solo querías enseñarme que mi regalo había sido útil - dije abriéndolo por la primera página.

Leí lo que había escrito en la primera página.

'¿Sabes algo, Alma? A veces trato de recordar el momento, la palabra, el gesto, esa mirada que me enamoró de ti, pero no logro hallarlo. Quizás de tanto buscar entendí que fue ese 'lo siento' al llegar tarde ese día el me que sacó la primera sonrisa. Esa niña cabizbaja que me miró con esos ojos de gata. Esa vergüenza tuya y esa nube que me presentaste ya desde el primer instante. A veces creo que me enamoré de ti incluso antes. Aún puedo recordar tus pisadas corriendo tras de mi antes de entrar en clase. ¿Por qué puedo recordar eso? Porque creo que el destino ya me estaba hablando de ti'.

La nube de AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora