T1. Capítulo 22: ¿Te importa cenar fuera?

6.1K 287 115
                                    

Me quedé petrificada, lo había visto...

- Tete, no...

- ¿Es ella, Alma? ¿La chica de la que me hablaste? - dijo atónito.

- Eh...

- ¡Alma! - sonó enfadado.

- Sí...

- Lo sabía... Yo es que lo sabía... Ya sabía yo que se iba a liar con ella... ¡Me cago en la puta! - dijo hablando solo mientras daba vueltas al salón - ¿Pero tu sabes que edad tiene, Alma? - dijo esta vez mirándome a mí - ¿Sabes que es tu profesora? ¿Que pueden echarte? ¿Tú estás loca?

- Leo...

- ¡Ni Leo ni ostias, Alma! ¿desde cuando?

- ¿Eh?

- ¿Qué desde cuando estáis juntas? - dijo gritando más de lo que me hubiese gustado.

- Leo, no estamos juntas... - dije intentando estar lo más calmada posible.

- ¡No, que va!

- ¡Que no, joder! - le chillé esta vez - Qué más me gustaría...

Me miró sin saber muy bien hasta que punto era eso cierto.

- Leo, de verdad... Se lo he pedido yo y le he debido dar pena... - mentí - no se lo digas a mamá, no tengo nada con ella - dije a punto de llorar.

- No se lo diré a mamá pero quiero hablar con ella - dijo.

- No...

- O hablo con ella o hablo con mamá.

- Vale... Pero no está aquí... Se ha ido unos días...

- Cuando vuelva quiero que me llame y hablemos, ¿entendido?

Asentí con la cabeza y Leo se marchó escaleras arriba. No sabía cómo iba a contarle ésto a Edurne... Era mejor esperar a que volviera, no solucionaría nada preocupándole ahora...

Pasaron los días y llegó el momento de hablar con Edurne. Estos días habíamos hablado menos, me notaba rara así que preferí hablarle por mensajes de texto porque me resultaba más sencillo mentir y hacerle creer que mi malestar era por Úrsula. Esa era otra... Mis padres y yo interpusimos varias demandas a Úrsula, quien ya tenía una orden de alejamiento desde nuestro último encontronazo, pero nos advirtieron de la lentitud del proceso y de que Úrsula no tenía antecedentes así que no podíamos esperar demasiado...

Ayer día 31 fue la ultima vez que hablé con Edurne, fue para felicitarle la entrada de año y ahora estoy en la puerta de su casa, dudando en si picar o no porqué aún no sé cómo contarle esto...

Noto que alguien me abraza por la espalda.

- Hola - dice feliz y no puedo evitar sonreír.

Me doy la vuelta y la abrazo fuerte, dios... ¡Cómo la he echado de menos!

- ¿Cómo estás? - dice sonriéndome - ¿Llevas mucho rato esperando ahí?

- Eh... No lo sé...

- Ay... La nube de Alma... - dice riéndose de mí.

- ¿Tú eres Alma? - escucho una voz tras nosotras y me giro hacia ella sorprendida - Hola - me sonríe dulcemente - soy Sara - se presenta y se acerca para darme dos besos.

- Encantada - digo algo descolocada.

- Es mi mejor amiga - dice Edurne mientras abre la puerta de casa y Harry sale disparado hacia mí haciéndome sonreír de lado a lado.

- Hola guapo - le digo al cogerlo y comienzo a hacerle mimos. Le he echado mucho de menos estos días...

- ¿Qué haces aquí, peque?

Esa pregunta de Edurne me devuelve a la realidad y mi sonrisa desaparece.

- Ey, ¿Ha pasado algo, cariño?

- Eh... - su manera cariñosa de llamarme frente a su amiga me descoloca.

- Tranquila, lo sabe todo - me dice - cuéntame lo que pasa, Alma. Ven siéntate aquí conmigo - me dice mientras, agarrada de la mano, me lleva hasta el sofá.

- Voy preparando la comida - dice Sara mientras desaparece del salón.

- Edurne... - No pude decir nada más y comencé a llorar. Simplemente no me salían las palabras.

- ¿Qué pasa, cariño? Me estás asustando. ¿Estas bien? ¿Tus padres están bien? ¿Tu hermano?

Cuando oí hermano me vine más abajo todavía.

- ¿Le ha pasado algo a tu hermano? - dijo.

Yo negué con la cabeza pero seguía sin poder hablar.

- Tranquila, ven - me atrajo a su cuerpo - cálmate y después hablamos, ¿vale?

Traté de hacerle caso y durante unos minutos estuvimos así, quietas y en silencio mientras mi llanto cesaba.

- Es una tila - oí que decía Sara a mi lado acariciándome el brazo mientras me la ofrecía. No la había oído llegar hasta ahí.

Sorprendéntemente para mí, había traído dos y Edurne aceptó encantada la otra. Me alegré de que tuviese a alguien que la conociera tanto.

- Lo siento - le dije al darme cuenta de que eramos mi cobardía y yo quienes habíamos tensado tanto a Edurne.

- ¿Estás mejor? - Me preguntó ignorando mis disculpas mientras Sara de disponía a irse de nuevo.

- Leo nos vio besarnos - dije ignorando ahora su pregunta y viendo como se agarraba al brazo de su amiga obligándole a sentarse junto a ella.

Comencé a llorar de nuevo y sorprendentemente, fue Sara quien volvió a levantarse para colocarse a mi lado y consolarme. Edurne estaba petrificada.

- Chicas... - dijo Sara despertando de su trance a Edurne, quien enseguida se acercó a mí y me dio la mano - tranquilas, ¿de acuerdo? No pasa nada. Alma, ¿qué ha pasado exactamente? - me preguntó calmada.

Yo miré a Edurne y tras afirmarme con un leve gesto de cabeza que podía hablar sobre cualquier cosa frente a Sara, comencé.

- El día que te despediste, al irte me di la vuelta y lo encontré observándome... Al principio disimulé pero hace tiempo, cuando estaba triste me sonsacó que me gustaba alguien mayor y ese día me preguntó que si eras tú, porqué nos había visto besarnos... Edurne... No pude hacer nada, es Leo, aunque le hubiese mentido me conoce demasiado, sabría que le miento, yo... yo no sé... - comencé a llorar de nuevo y ambas me tranquilizaron.

- Dile que venga a cenar - dijo Edurne muy seria - ¿Te importa cenar fuera hoy, Sara? - le dijo a su amiga, quien negó de inmediato con la cabeza.

- ¿Qué? ¡No! Ni de coña... ¿Estás de broma?

- No, Alma. Hablo muy en serio, necesito hablar con él.

- Pero...

- Pero nada, me cortó. ¿Por qué no llamas a Hugo y Cata y os lleváis a Sara a conocer ésto? - me dijo con una leve sonrisa.

- Joder... - dije colocando las manos sobre mi cabeza y apoyando los brazos sobre mis rodillas.

Respiré hondo, miré a Edurne y asentí. Se la notaba totalmente convencida de ello así que volví a suspirar y miré a Sara.

- ¿Te gusta la pizza?




Continuará...




La nube de AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora