Día menos 334 para subir al avión
Esa mañana se había presentado tranquila y nublada. En el instituto teniamos excursión y estabamos todos eufóricos porque pronto terminaba el curso y no hacíamos otra cosa que estudiar para los exámenes finales.
Me hace gracia que digan que vivo en una nube puesto que es precisamente en días nublados cuando no "funciono correctamente". Por decirlo de algún modo... Lo cierto es que en días como estos me invade la tranquilidad y eso hace que llegue tarde a todas partes... Includido el recuento antes de subir al autocar...
Un atisbo de pudor y verguenza se presentó en mi cara al llegar al instituto. Solo pensé que diría ella, no podía soportar la idea de que creyera que lo había hecho expresamente... Llegar tarde significaba, igual que el día de la excursión a la nieve, que Hugo y Cata se sentarían juntos y yo... Yo con Edurne.
Subí sola al autocar y me puse en el único sitio libre que había, rezándole a un dios en el que no creo, para que Edurne ya tuviese un sitio. Pero lógicamente no fue así... Edurne apareció por el pasillo y sonrió al verme.
- Hola guapa - dijo sentándose a mi lado con total tranquilidad.
Yo solo pude sonreír como respuesta.
- ¿Estoy viviendo un dejavú? - preguntó divertida.
Solo pude sonreír de nuevo. Parecía retrasada...
- ¿Ahora te abandona la parejita? - preguntó en tono amable refiriéndose a mis amigos.
- No... que va... esque he llegado tarde...
Soltó una carcajada.
- Las nubes... - dijo casi en un susurro como si conociera cada uno de mis secretos.
Sonreí y me incorporé al ocurrírseme algo.
- Déjame salir al pasillo - le pedí mirándola.
El autobús ya había emprendido su marcha pero igualmente lo hizo sin preguntar.
Cuando ambas estubimos fuera le cedí el paso con un gesto de cabeza para que se pusiera ella en el lado de la ventanilla.
Sonrió y me acarició la cara.
- Gracias...
Sabía que los días nublados eran sus favoritos.
- De nada - dije colocándome a su lado.
Pasamos la media hora de trayecto concentradas en lo nuestro. Yo escribía y dibujaba. Tan concentradas estábamos que no nos dimos cuenta de que habíamos llegado...
No había dejado de mirarla y ella no había dejado de sonreírme.
- Alma - me dijo Cata al pasar por mi lado.
- ¿Eh? ¿qué?
- Que ya hemos llegado... - dijo extrañada por mi reacción - tienes como los labios muy colorados ¿no? - preguntó.
- Cata... - le dije extrañada - anda vamonos, no dijas tonterias...
Día menos 326 para subir al avión
