VIGÉSIMA TERCERA HOJA

3K 461 40
                                    

¡Inspiración ven a mí!

Debo hacerle una fiesta de celebración a Guillermo. ¿Paor qué? Pues porque el lindo chico ha ganado la competencia anual de nado hoy, día miércoles. Y estoy demasiado orgulloso y extremadamente feliz de que aquello haya sido así. Él se lo merecía más que cualquier otro. Nunca había faltado a clase y se esforzaba mucho por aprovechar el tiempo al máximo. Joder, es que este chico siempre hace todo bien. A veces de verdad me pregunto si ese dicho de: "Nadie es perfecto, todos tienen defectos", tiene excepciones... porque Guillermo es una.

El previlegio de ir a su competencia él me lo concedió. No fui a escondidas. La salida a la que me había citado, era para invitarme a eso y yo me sentí tan, tan, pero tan alegre de saber que me había considerado para acompañarlo en algo que yo sé era muy importante para él. Y yo... Yo estoy tan malditamente contento que siento que podría estallar de felicidad en cualquier momento.

Cuando me lo comentó, sentí —juro que sentí— que de verdad quería que yo fuera. Tal vez me estoy haciendo demasiadas ilusiones. Pero quiero ser positivo y pensar que yo soy alguien importante en su vida. No al nivel de su madre, pero con el hecho de ocupar sus pensamientos me conformo.

Ah, hablando de esa señora. Ella obviamente también fue a ver a su hijo, al igual que Alex. Y bueno, no cambió mucho su actitud. ¡Aunque me saludó! ¿Eso se podrá considerar un avance?... Sí, sí se puede. Conociéndola.

Luego cuando tuvimos que elegir lugares para sentarse, ella se sentó al lado mío murmurando: "Te vigilaré muy de cerca". Al principio no entendí a lo que se refería, pero cuando Guillermo salió de los camerines con ese hermoso traje de baño azul marino que se ajustaba endemoniadamente bien a sus partes nobles, comprendí las amenazas de su madre. Maldición, ¿por qué Guillermo tenía que ser tan adorablemente caliente? Mientras que su rostro es lo más tierno del mundo, su cuerpo es lo más tentador que mis ojos han visto.

Al verlo, mi boca se abrió e incluso creo que se cayó un poco de baba de ella. La señora que estaba a mi lado, mirándome con una mueca divertida, me dijo "Cierra la boca que te entran moscas" y se rió.

S E    R I Ó

LA MAMÁ DE GUILLERMO.

MI FUTURA SUEGRA.

¡Joder! Es que os juro que pensé en llamar a emergencias para saber si estaba delirando, porque no me lo creía.

Después, me observó por un segundo para luego continuar concentrándose en su hijo. Yo hice lo mismo pero con más precaución de no bajar mi visión a partes que pudieran provocar algo en mis pantalones.

De la competencia no puedo decir mucho porque no sé muy bien cuales son las reglas, ni los nombres de los ejercicios que se deben realizar. Solo me limité a seguir a Guillermo con la mirada y presenciar como conseguía el triunfo. Cuando lo hizo, los tres nos levantamos de los asientos y aplaudimos fuertemente. Fue increíble poder verlo tan orgulloso de sí mismo... Fue inolvidable.

Luego de eso, los nadadores se retiraron a los vestidores y yo traté disimuladamente de mirar un poco más de Guillermo mientras caminaba de espaldas a nosotros, pero su progenitora me dio un pequeño golpe en la cabeza y exclamó "¡No mires! Sucio pitufo depravado." Esta vez Alex soltó la carcajada. Yo lo miré mal y él entre risas dijo: "¡Es gra-gracioso! ¡Ad-admitelo!".

Ni una puta gracia.

Cuando ya el chico se había cambiado, salimos del lugar donde se hallaba la piscina y cada uno abrazó a Guillermo, felicitándolo por el logro.

Él se veía radiante. De seguro las estrellas le tenían envidia.

Es por eso que debo preparar algo antes del sábado. Así que espero que por una vez mi corazón sea el que me diga que hacer y no mi cerebro, porque las cosas con cariño salen siempre mejor.

Hojas de libreta [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora