Confesión secreta... ¿O no?
Otro día más, y siento que las ojeras me llegan hasta el suelo. Mi madre me ha visto y por poco escupe el jugo de naranja para comenzar a reírse en mi jodida cara. Vale, tan mal no estaba ¿o sí? Como sea, mi madre está loca.
A los diez años, me quebré el cuello al caer de un árbol, y para lograr curarlo, los doctores tuvieron que ponerme de esos inmovilizadores con los cuales te ves totalmente ridículo. Mi madre en el hospital actuó normal, con preocupación y seriedad. Pero al salir de allí y subir al auto, comenzó a partirse de una manera... Daba miedo. Entre risas exclamaba "¡Pero mirate! ¡Pareces una tortuga! Ay, ay mi estómago", y seguía carcajeándose mientras yo en mi mente me preguntaba por qué no podía tener una madre normal.
Y ahora se reía por mi aspecto moribundo... Todo por quedarme hasta las tres de la mañana hablando con Guillermo.
Siempre nuestras charlas comienzan con un tema, y terminan cuatro horas después con algo totalmente diferente. Es fabuloso. La forma en la que nos abrimos a la hora de hablar es... increíble. Es como si nos conocieramos de toda la vida. Y no puedo estar más contento de ello.
Por ejemplo, ayer por la noche él me había llamado para pedirme un cuaderno, y de ahí la conversacion comenzó a derivar hasta acabar hablando sobre cuánto tardaría contar las plumas de una paloma. Guillermo decía que un día si se las sacabas una por una, yo aposté por cinco horas de la misma forma. Nunca lo sabremos... A menos que... No Samuel, no le sacarás las plumas a una paloma.
Mis conversaciones nocturnas no pasan desaparpercibidas por mis padres. Siempre que madrugó por eso y me ven con una sonrisa y ojeras en la mañana, preguntan "¿Guillermo?" a lo que respondo con un: "Sep."
Ellos ya saben de mis sentimientos hacia el chico de mejillas abultadas. Cuando se los conté mi madre comenzó a saltar en la silla del comedor y mi padre se secaba lágrimas falsas del ojo murmurando "Esto es obra del señor." ¿Qué nadie es normal en mi familia o...? Bah, quien soy yo para hablar de normalidad.
Eso sí, me he negado a las insistencias de mi madre de invitarlo a casa. No, definitivamente eso no tendría un buen resultado.
Algún día lo haría... Por lo menos cuando me haya declarado directamente.
Aunque... quizás ya lo he hecho. No lo sé.
Es que, ya cuando eran las tres menos diez de la madrugada, ambos estábamos exsaustos, pero no de hablar entre nosotros, si no por el cansancio corporal de todo el día. Y a esa hora, la mayoría de nuestros sentidos estaban totalmente apagados, Guillermo bostezaba a cada minuto y mis ojos no pedían nada más que cerrarse.
Por eso, hablé en voz baja y cansada diciendo "Ya hay que dormir, o si no mañana pareceremos zombies." Escuché una ligera risita y recibí en respuesta "Estamos jodidos. De igual manera despertaremos como monstruos", y yo reí esta vez.
Traté de imaginarme a Guillermo como un monstruo, pero mi mente solo formaba la imagen de el chico con un traje de vampiro. Un increíblemente sexy he de decir.
Pensando en eso murmuré "Tú nunca te verás como un monstruo, y si lo haces... seguirías siendo lo más lindo para mí de todas formas." La conciencia a esa hora no me funciona correctamente al parecer.
Estoy seguro que al otro lado de la línea, Guillermo estaba sonrosado y con su labio inferior entre sus dientes.
Yo por un momento sentí que la había cagado por ese atrevimiento, pero eliminé esa sentimiento cuando escuché la voz ronca y adormilada del chico preguntar "¿Por qué siempre eres tan dulce y tierno conmigo Samuel?" y respiró profundo, dejándome escuchar el aire exhlado a través del móvil.
Yo sonreí porque empecé a escuchar una respiración acompasada y supuse que había caído en el sueño. Entonces con una voz suave contesté "Porque me gustas más de lo que te imaginas, pequeño. Me encantas." Y tras no escuchar nada del otro lado, finalicé la llamada.
Y supongo que no escuchó nada. A menos que haya estado despierto y su silencio no fuera más que la sorpresa por mis palabras... Eso cambiaría mucho las cosas.
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Hojas de libreta [CORRIGIENDO]
Fiksi PenggemarAU: Samuel usaba su libreta de diario. Guillermo era su inspiración. →Capítulos cortos