DÉCIMA OCTAVA HOJA

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Sensaciones extraordinarias.

Viernes en la madrugada y no pude evitar escribir lo hermosa que fue esta tarde. Guillermo tiene tantas cosas que contar, tantas ganas de reír, tantas formas de hacerme feliz. Él me hace sumamente feliz.

Hoy Luzu me había invitado a su casa para jugar videojuegos, yo pensando que no tenía nada que hacer, acepté. Pero a los minutos se acercó a nosotros Guillermo y su mejor amigo, invitándonos a la cafetería donde trabajaba el chico. Miré a Luzu suplicante y éste suspiró diciendo: "Vale, con tal de que Guillermo pagué", rió seguido de los demás y nos fuimos.

Cuando ya nos hallábamos sentados en la mesa, el chico de mejillas abultadas llamó a una de las meseras. Ésta lo saludo entusiasta, ya que era su compañera de trabajo y preguntó que ordenaríamos. Cada uno pidió lo que quería, y comenzamos una charla agradable. Hubo un momento en el que yo no hablaba, solo me dedicaba a mirar a Guillermo hacerlo. Es tan bello y sereno. Tan dulce, tan tranquilo. Me pregunto si su interior se mantendrá igual...

Luzu me dio una patada haciendo que un chillido saliera de mi boca (uno no muy varonil he de decir), los otros dos chicos me miraron divertidos y yo miré a mi amigo con enfado. Él se encogió de hombros y susurró "Deja de mirarlo tanto, es muy notorio" y me guiñó un ojo. Como si él no hiciera lo mismo con Lanita...

Ambos estábamos loquitos por alguien al fin y al cabo.

Me coloqué a hablar con Alex. Antes habíamos entablado conversaciones, pero no éramos muy cercanos. Es un tío muy majo.

En un momento, Frank apareció por detrás y haciéndome un señal de silencio con un dedo, agarró al pequeño por la cintura y le besó sonoramente la mejilla. Alex dio un salto y al darse cuenta quien era le besó los labios. Admito que me dio envidia... Porque yo también quería hacer eso con Guillermo. Éste ni se inmutó cuando vio la escena, solo sonrió y continuó hablando con Luzu. Me parece que Alex y Frank llevan una relación de amigos con ventaja o algo así. No le presté mucha atención a Guillermo cuando me lo estaba explicando, yo únicamente tenía ojos para sus labios rosas moverse. ¡Es inevitable!

Frank nos preguntó si se podía robar al chico, no nos dijo para qué. Aunque yo ya me hacía una idea...

Jodidos calientes.

Se fueron tomados de la mano y yo inconscientemente vi la de Guillermo sobre la mesa. Me pregunté que haría él si se la tomara. Pensé "El que no juega no gana" y con lentitud posé mi mano sobre la suya, acariciándola con mis dedos. Él me miró con sus ojitos bien abiertos pero no la quitó, sólo sus mejillas se tiñeron de rojo y me sonrió cálido, ¿nunca se cansaría de matarme?

Nuestra burbuja se rompió al escuchar un sonido de cámara sacando una foto. Luzu nos había tomado una. Le insistí que la borrara, pero él se negó diciendo "¡Pero es que son tan lindos juntos! No puedo borrarla ¡Sería un pecado!" y se fue corriendo chillando de emoción. Yo no quise seguirlo, ya le diría que me mandara la foto.

Así que, nos quedamos sólo Guillermo y yo. En silencio. Aún tenía mi mano sobre la suya y sentía como en mi estómago explotaban fuegos artificiales. Él se limitó a suspirar y giró a verme, yo lo observé de igual manera. Comentó que mi amigo era extraño y yo le dije que lo sabía pero era buen chaval. Guillermo rió y sin aviso soltó "Quiero fumar, ¿salgamos?". Yo asentí, porque sinceramente también lo necesitaba.

Salimos y nos dimos cuenta que ya estaba oscureciendo. El chico respiró profundo el aire y me guió hacia un parque que había en la vereda de enfrente. Todavía teníamos las manos unidas, pero él la soltó cuando se sentó en uno de los columpios que estaban allí. Yo me senté a su lado.

Sacó un cigarro y se lo puso entre los labios. Yo saqué el mío junto a mi encendedor y lo encendí. Guillermo murmuró que se le había olvidado el prendedor y yo me le acerqué para encenderlo. Los papeles se invirtieron. Agradeció y me miró con ojos brillantes.

Comenzamos a inhalar y exhalar con lentitud, profundidad y paz. Yo recordé una de las dudas que tenía de Guillermo, que era porque había vivido en Italia tanto tiempo. Y se lo pregunté. Pero no pareció cómodo contestando.

Respondió: "Uh mi madre fue a estudiar a Italia y uhm ahí conoció a mi padre... Se enamoraron y mi madre se fue a vivir allá dejando todo aquí en España y uh pues nací...".

Yo quedé más que sorprendido. Acababa de enterarme que Guillermo, el chico que me gusta (o tal vez más) era prácticamente italiano. Estoy enamorado de un italiano.

Yo le dije que aquello era increíble, él hizo una mueca y murmuró un: "Supongo..."

Me pregunto si le molestara ser de otra nacionalidad.

Seguimos charlando, dejando el tema incómodo de lado, disfrutando de nuestros cigarrillos y el aire de la noche.

En un momento, mientras hablábamos de cual era la mejor marca de cigarros, yo le pregunté por qué fumaba y él respondió: "Por lo que lo hacen todos Samuel". Yo confundido le volví a preguntar "¿Relajación?" teniendo como respuesta un "Ajá".

Yo pensé en alguna situación en donde hubiera visto a Guillermo estresado o algo parecido... pero no recordaba ni una. Entonces sin más le comenté "Pero nunca te veo alterado..." él soltó una pequeña risita y dijo: "Es que no soy yo él que se altera Samuel, es mi corazón. Tú haces que se altere."

Dios.

Y oh, sentí que el suelo se caía debajo de mí.



Hojas de libreta [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora