Más y más dudas.
Desde el principio sentí que Guillermo era alguien misterioso, alguien especial... interesante.
Hasta el día de hoy sigo pensando lo mismo. Y más con lo que ha pasado.
Por la mañana, mientras tomaba desayuno, mi querida madre empezó a regañarme por lo mismo de siempre. Que por qué no tenía pareja, que cuándo le traería a alguien a la casa, que cómo podía vivir solo viendo porno, y demás estupideces que no escuché.
No me malinterpreten, yo amo a mi madre. Fue la primera que me apoyó cuando les confesé mi orientación sexual. Pero regañarme en la mañana, recién despertado y con ganas de matar a todos, no es una muy buena combinación.
Simplemente le respondí "Sí, sí lo que digas mamá" y le besé la mejilla para después marcharme al instituto. Al salir de la casa suspiré porque en el fondo sabía que mi madre tenía razón. Estaba muy solo. La última relación que había tenido fue hace dos años y ya extrañaba sentirme en pareja. Y yo solo podía pensar en alguien para aquel papel.
No sé muy bien lo que pasó por mi mente en ese momento, pero de un instante a otro ya me encontraba caminando hacia la calle de Guillermo. Me llené de valor y decidí pasarlo a buscar para irnos juntos a la escuela, no sabía si me la estaba jugando la verdad, pero el arrepentirme no estaba en mis planes.
Toqué la puerta.
Me ilusioné de que el chico fuera el que me abriera la puerta pero como el mundo me odia y hace todo lo posible por joderme, abrió su madre. Maldije en mis pensamientos y forcé una sonrisa. Tenía que ganarme a la que probablemente sería mi futura suegra... Bueno, tampoco hay que hacerse tantas expectativas.
Ella no se inmutó si quiera en saludarme, solo me miró de arriba a abajo y preguntó: "¿Qué haces aquí?" con un tono tan cortante, que superaba a cualquier cuchillo. Vale, mal chiste. Trabajar como comediante estará tachado en mi lista de empleos.
Yo le respondí jodidamente nervioso que venía a buscar a Guillermo para que nos fuéramos juntos al instituto. A ella no pareció gustarle nada la idea. Bufó y me cerró la puerta en la puta cara. Y sí, por un segundo deseé que se cortara un dedo con un cuchillo. Pero al minuto me retracté, poniéndome de meta ganarme a esta señora tan amargada. Espero no sea tan imposible como parece...
No me fui, ya que había logrado escuchar la voz de ella gritándole al chico que yo estaba afuera. Claro que ella no dijo mi nombre al momento de avisarle, si no que lo cambió por un "El chico con voz de pitufo te busca", teniendo por contestación un "¿Qué?" de Guillermo. Yo ya sentía un odio por esa señora.
El hermoso chico abrió la puerta y al verme sonrió de medio lado, saludándome alegremente soprendido. Me pidió disculpas por su madre y yo le contesté que daba igual aunque en mi mente solo podía imaginarmela con un dedo menos. Aún me sigue causando gracia la idea.
Me dijo que buscaría su mochila y que lo esperara un momento. Yo sin pensar murmuré "Te esperaría toda una vida corazón..." cuando él ya se encontraba bastante alejado, por lo cual dudo que me haya escuchado. Pero su madre al contrario, estaba cerca y pude ver en su mirada como trataba de decifrarme... Jodido miedo.
Cuando Guillermo volvió, su madre se le acercó besándole ambas mejillas y hablándole a la oreja algo que en ese momento me costo entender. "Fidarsi di nessuno." Aquello fue lo que su madre le dijo, dejandome totalmente confundido. "¿Le habla en francés?" pensé, pero luego comprendí que aquello no era francés, si no que italiano.
Me conmocioné más cuando él le contestó "So che la mamma". O sea ¿Qué leches? ¿Por qué Guillermo hablaba italiano? ¿Y por qué eso lo hacía ser más caliente de lo que ya era?
Yo en ese momento tenía una cara de confusión notoria, y en cuanto la madre del chico acabó besándole la frente, él me miró sonriendo. Yo le sonreí de vuelta por inercia.
Nos marcharmos a la escuela, no sin antes recibir una nueva amenaza de la señora, y mientras caminabamos Guillermo me confesó que había vivido en Italia durante su niñez y parte de adolescencia, pero no comentó más sobre eso. Y bueno yo me mostré malditamente sorprendido. ¿Qué cara se debe poner cuando te enteras que el chico que te gusta vivió en otra parte del mundo? Joder, y es que yo con suerte he salido de Madrid.
Claramente, esto abrió la puerta a millones de dudas más sobre el chico. Y no me cansaría hasta resolver cada una.
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Hojas de libreta [CORRIGIENDO]
Fiksi PenggemarAU: Samuel usaba su libreta de diario. Guillermo era su inspiración. →Capítulos cortos