Capitulo 19, Ling: Batalla decisiva

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Entramos a la ciudad capital y di instrucciones a Yuan y Kumi para que volvieran a la casa del alcalde junto con los maestros fuego que nos acompañaban ya que los guardias habían dicho que el señor del fuego me requería solo a mi.

Llegué al palacio escoltado por al menos cuatro guardias imperiales y preguntándome que había pasado con Ko-Ying, me detuve en la entrada principal del palacio para poder usar la habilidad sensorial, pero cuando estaba por ver, un guardia me tocó en el hombro, me hizo tambalear y no pude ver nada.

-Lo siento dijo el guardia, pero no debemos hacer esperar más tiempo al señor del fuego, vamos, adelante.

Me pareció un poco abrupto de su parte, pero asentí y seguí caminando, a poca distancia de la sala real donde estaba el trono del Señor del Fuego vi salir a varios oficiales con caras un poco molestas, le pregunté a uno de los guardias si todo estaba bien y me respondió:

-Si, no hay nada de que preocuparse, reuniones usuales, pase, el Señor del Fuego espera.

Los guardias se quedaron afuera en formación de vigilancia y caminé hacia adentro, a la sala del trono.

Ya había estado muchas veces en ese lugar, como siempre, largos tapices colgaban de las paredes, en uno el mapa de la nación de fuego, en otro unos dragones volaban haciendo un circulo en torno al sol, otro era la vista de la ciudad imperial al atardecer vista desde alguna ventana del palacio y así otros tapices que eran muy vistosos y de fina hechura, dignos de estar en ese lugar.

El señor del Fuego estaba sentado en su trono, en lo alto de un estrado, en cada uno de los cuatro peldaños desde el suelo hasta donde estaba el trono, habían unos braseros donde ardía fuego, algo que siempre me había llamado la atención era como hacían para lograr que los cuatro braseros produjeran fuego de diferentes colores, uno era el usual rojo con naranja, el otro era azul, el tercero era verde y el ultimo era negro.

La mirada del Señor del fuego era gélida, su ceño estaba un poco fruncido, sus manos cruzadas sobre su regazo y a la luz de los braseros parecía que su cara estaba encendida en fuego, cuando estuve muy cerca, en el primer nivel de los escalones, me habló:

-Avatar, te he estado esperando.

Hice una reverencia y respondí:

-Lo siento por la demora, alteza, pero, dígame, ¿en qué puedo servirle?

Una sonrisa se esbozó en su rostro y sus ojos brillaron con una malicia que ya conocía cuando dijo:

-!Vas a ayudarme a empezar la guerra!

El miedo empezó a llenar la sala, pero por alguna razón ya no tenía efecto en mi,  el Señor del Fuego lanzó una gran bola de fuego mientras gritaba:

-Guardias, ¡el Avatar me ataca!

Instantáneamente los cuatro guaridas entraron y adoptaron postura de pelea mientras caminaban para colocarse delante del Señor del Fuego.

Evadí el fuego y caminé un poco para poder tenerlos a todos en mi campo de visión.

-!Ríndete avatar!, !no podrás ganar!- gritó Ko-Ying con la voz del Señor del Fuego y dió órdenes para que los guardias me atacaran.

Los cuatro atacaron al mismo tiempo, creé una barrera de fuego para detener los ataque, los guardias se movieron y me rodearon.

-Avatar, entrégate, no queremos lastimarte, -gritó uno de ellos.

Nuevamente volvieron a atacar, esta vez, salté usando aire control, solo lo suficiente para evadir su ataque.

-No soy su enemigo, déjenme explicarles, -les dije esperando me oyesen, -El Señor del Fuego está en peligro.

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