- Ehhh! Mama tranquila, estoy aquí- dije tratando de consolar a mi madre, y claro tratar de dar paz a mi alma también, tenía cargo de conciencia al ver a mi mamá de tal manera, que mala hija he sido.
- Pensé que te había pasado algo, no apareciste en todo el día- dijo ella en tono de reproche.
- Si mamá, lo sé, es solo que necesitaba algo de tiempo para pensar- dije yo en mi defensa- Que estaban haciendo todos aquí ayer, tu sabías todo, ¿no es así?.
- Si, lo sé todo- contesto ella ahora con voz ausente- Deberíamos reunirnos todos, para que te revelemos lo que sabemos.
Las palabras que salían de la boca de mi madre, no eran las de ella, es decir, si era ella la que hablaba, pero algo en su voz me decía que no era ella, era como si la estuvieran manejando como un muñeco de ventrilocuismo, lo cual no es nada lindo, si como yo, viste las películas de El títere, esas películas me dejaron marcada de por vida.
- ¿Qué es lo que sabes mamá?- dije tratando de sacar información a esta voz que estaba en la linda de mi madre.
Ella no estaba conmigo, era como si su alma estuviera perdida en el limbo, aunque me pregunto ¿existirá?, se lo preguntaré a Caldea luego. Cuando mi madre me enfoco de nuevo fue aún más extraño.
- ¿He dicho algo?- ella se veía ansiosa, sea lo que sea que haya pasado, ella no quería que lo supiera, pero me pregunto ¿Por qué?, yo no sabía que responderle, desvié la mirada hasta dar con mí, queridísima, contra parte Caldea.
Verla ahí sentada en la cocina viéndonos a mi madre y a mí me hizo sentir extraña, fue como si por un segundo hubiera olvidado que en realidad no estaba allí, que solo era mi imaginación, y ahí note que en realidad, a pesar de que si se parecen casi como copias, habían pequeños detalles que las distinguían, como pasa con las gemelas reales, ella tenía una pequeña cicatriz, en la base de la muñeca derecha, mientras que yo tenía el cabello más lacio (alisado permanente),ella tenía la piel un tono más bronceado, y yo una pequeña marca en el labio, por partírmelo cuando me caí de mi bici, si éramos iguales pero únicas en esos detalles, que aunque insignificantes para algunos, para mi eran enormes.
Caldea desde la mesa, negó con la cabeza, no había entendido porque lo hacía, cuando la mano de mi madre me rodeo el brazo.
- ¿Ocurre algo Emma?- dijo ella viendo hacia donde veía yo, mientras que Caldea, reía, me di cuenta que parecía un poco desquiciada, viendo el espacio vacío, claro mamá no la veía a ella partiéndose de la risa.
- No mamá nada es solo que ya sabes, aun me cuesta trabajo, hacerme a la idea de todo, tu sabes- dije tratando de distraer a mi madre. Tonta Caldea ya me las cobrare luego con ella.
- Te ves muy bien el día de hoy- dijo ella más serena y lista para comenzar su día- ¿deseas algo de comer?, el auto está en el garaje si lo quieres usar-
- No ya comeré algo en la cafería de Fred, he quedado con los chicos ahí- mentir así era lo único que me quedaba, bueno no será una mentira ya les escribiré en el grupo de whatsapp en el que estamos todos- nos veremos más tarde cuando haya hablado con ellos.
- Claro....... Cielo lamento que todo esto haya pasado pero solo para que lo sepas esta es la vez que mejor lo has tomado- dijo ni madre, como si eso fuera d lo más normal del mundo.
Al no saber cómo responder a eso solo me di media vuelta y antes que cualquier cosa más pasara tome mi mochila y las llaves del auto y como una manitas experimentada llegue al coche sin romperme el cuello mientras mandaba el mensaje "Cafeteria de Fred, ahora!" y salí rumbo a la cafetería.
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Descendencia legendaria: Conociendo la profundidad de tu poder
Bilim KurguEmma Olivia Calvet, nombre común para una chica común, quien tras la muerte de su padre se muda de ciudad para llevar una vida simple junto con su madre, durante años eso se cumple pero a medida que pasa el tiempo comienza su cuenta regresiva y cada...