Capítulo IV: Amor y odio

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"El mundo tiene sed de amor: Tú la apaciguarás."

Zarandeé y zarandeé, pero el chico no respondía. Serás vago. Es verdad que ayer estuvo trabajando hasta tarde, llegamos muy justos para pagar el alquiler del piso cada mes y él fue quién decidió hacer horas extras.

- Te exiges demasiado. - Me acerqué a él para darle un beso en los labios. Realmente era perfecto. Su piel era tan pálida que se podían apreciar con mucha facilidad las venas de su cara y hombros. Resultaba adorable mientras dormía, tan indefenso... Su respiración era calmada y profunda, podía notarla. Siempre constante. Esbocé una pequeña sonrisa, volví a darle otro beso y me levanté con cuidado de la cama. Le prepararé el mejor desayuno que jamás haya probado.

Busqué debajo de la cama algo que ponerme encima. Por suerte la noche pasada tiramos por ahí la ropa, por lo que no me resultó difícil encontrar mis pertenencias. Dí con mi ropa interior, con eso ya tiraría, ya me vestiría decentemente cuando pudiese ir a la ducha.

Seguí el rastro de ropa que dejamos, la verdad es que cuando nos poníamos, éramos un completo desastre. Fui recogiéndola a medida que me iba tropezando con ella para tirarla al cesto de la ropa sucia, hoy me tocaba hacer la colada y sabía que él no me ayudaría.

- Tch, este chico...

Ya terminada la labor, conseguí llegar a la cocina. Lo primero: un buen café. Encendí la cafetera, suerte que al irme de casa se me ocurrió llevármela. Me pregunto si mis padres la echarán de menos. Bueno, me importa una mierda, si lo hacen, tienen dinero de sobra para comprar otra. Nosotros no. Eché el agua necesaria y dejé que el cacharro hiciese su trabajo. Comencé a canturrear mientras preparaba un par de tostadas con mantequilla y mermelada. No había nada más en la despensa, por lo que tuve que improvisar un poco. No nos podíamos permitir muchos lujos, pero qué podíamos hacer, ambos nos escapamos de casa, por lo tanto no podíamos contar con el apoyo económico de nuestras familias. Apostaría a que nos dan por muertos, nos han olvidado. En cierto modo, eso me entristece, me gustaría haber podido presentarles a mi novio, conocer a mis suegros, ir a comer con todos ellos... Sacudí la cabeza para quitarme aquellos pensamientos de mi cabeza. No, ellos nos odian. No nos aceptan. Es mejor así, hacerles creer que estamos muertos, así no nos buscarán para hacernos la vida imposible.

Poco después, el café estaba listo, dejando en el ambiente un delicioso olor. Por suerte nos podíamos permitir  un café medianamente bueno, parece ser que damos lástima a una vecina y cada dos semanas nos compra cosas "básicas", según ella, como por ejemplo café, pan, sal... Un amor de mujer, la verdad.

Puse cuidadosamente todo lo que había preparado en una bandeja y cuando estaba a punto de llevármela hacia la habitación una voz ronca me paró.

- Buenos días. - No pude evitar una carcajada al verle. El chico me miró desconcertado. - ¿Qué pasa?

- Tus pintas - Realmente me faltaba aire debido a la risa y la tripa me comenzó a doler.

Tenía el pelo demasiado revuelto, como si acabase de meter los dedos en un enchufe acompañado de unas ojeras enormes. Para rematar, se había tapado las vergüenzas con una sábana aunque se podía deducir a la perfección la figura que se escondía tras ella. Comencé a notar las mejillas enrojecer. Estaban ardiendo.

- Has recogido la ropa de ayer demasiado rápido. - Al ver mi reacción, se acercó travieso a mi oído. - ¿Qué pasa? ¿Recuerdos de la noche de ayer? - Me dio un pequeño codazo y noté como me ponía rojo hasta las orejas. Menos mal que la bandeja estaba aún encima de la encimera, de no ser así seguramente se me habría caído al suelo - Eres tan inocente, Jungkook. - Soltó con una carcajada.

- Pero es tu culpa. Si no fueses tú... - Repliqué, siguiéndole con la mirada.

- Bueno ¿qué nos ha preparado hoy? - Preguntó mientras se apoyaba en la fría piedra de la encimera.

- Café con tostadas. Tenía en mente algo mejor pero... - No pude acabar la frase pues Suga me besó. Algo raro en él, normalmente tenía que rogarle que me diese uno. Al separarnos le miré curioso.

- ¿Te he dicho alguna vez cuánto te amo? - ¿Y esa pregunta? ¿Por qué estás tan raro hoy?  Al parecer mi cara debía de ser un cuadro, pues soltó una carcajada. Acto después cambió radicalmente su expresión. Demasiado serio. - Siento la forma en la que te traté anoche.

Entonces recordé.

Digamos que ambos solemos tener cambios de humor, sobretodo Suga. Estamos ambos sometidos a mucha presión, el piso, la salud de nuestro amigo Hobi, aquel accidente de hace un par de meses... Toda aquella mierda llegaba a ahogarnos por completo y terminábamos explotando. Allí es cuando comenzaban los gritos y las agresiones. Después de la pelea, normalmente acabábamos reconciliándonos con un buen polvo. La verdad es que visto así éramos un tanto extraños. Desvié la mirada a mi muñeca izquierda y después a mi cadera. Moratones y arañazos. Suga también tenía marcas de mi parte, la sábana no conseguía cubrir por completo su hombro, por lo que pude ver aquella enorme mancha negra.

- ¿Te hice daño cuando te empujé contra la estantería? - Señalé, preocupado, su hematoma. Este lo miró, sacudió la cabeza y acto seguido me abrazó.

- Siento haberte golpeado ayer. No quería hacerlo, en serio. - Me apretó con fuerza evitando el moratón de la cadera y a la vez, intentando no perder la sábana.

- Sabes que siempre te perdonaré. - Me separé un poco de él. - Ahora a desayunar que se enfría el cafe. - El chico afirmó y me soltó - Pero primero ponte algo encima ¿no pretenderás comer así? - Como un niño pequeño, me dedicó una sonrisa y corrió hacia la habitación.

Ya que Suga se había despertado, no había necesidad de llevarle el desayuno a la cama. por lo que preparé la mesa de la cocina y esperé sentado a mi chico. Una vez estuvimos ambos en nuestro sitio comenzamos a devorar aquellas tostadas.

En aquel momento recordé la característica sonrisa de un buen amigo mío.

...

"La vie est la farce à mener par tous"

"La vida es la farsa que todos debemos representar"


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Bueno, creo que ya es hora de que de signos de vida por aquí. Muchas muchas gracias a todas las personas que están leyendo este fanfic. La verdad es que desde que comencé a leer teorías tenía muchas ganar de hacer algo. Aún hay muchas cosas que no se saben con certeza, por lo que me estoy tomando un par de licencias (espero que no os importe >.<) para poder cuadrar todo.

Tenía muchísimas ganar de hacer este capítulo, aunque no soy muy fan del Yoonkook (Yoonmin al podeeeer!) la historia que tienen estos dos en el comeback (bueno, la teoría) me encanta. No se si conocéis lo que pasó entre los escritores Rimbaud y Verlaine (si no la conocéis, en serio, leerla. Moriréis mucho de amor, aunque sean un poco... digamos muy suyos jajajaja) pues lo que pasa entre Suga y Kookie está basada en ellos.

Por cierto, los versos del principio y del final son de Rimbaud <3

(Teorías BTS) Corre, mariposa, antes de que te comaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora