Una Torre Muy Alta

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 —El Susurrador

—¡Con un demonio! —gritó el ser, lanzando su pavo por los aires hasta dar en la negrura del piso.

—¿Qué pasa amo? —se dijo a sí mismo, con su otra voz agria y melancólica, temblorosa.

—Hay una anomalía en el lugar.

—Anomalía...unas manos que guían.

—Ya me estás entendiendo fiel seguidor.

—Si, yo siempre lo hago amo y señor.

—Como sea, deberías controlar algo en este momento.

—Si usted gusta lo haré, sólo guíeme.

—Pues verás, lo único que necesitas es... —el ser iba a terminar la frase, hasta que un cuervo aterrizó en el techo de la torre en la oscuridad— ¡cuervos!

—¿Eso qué significa amo?

—Qué hay una tormenta. Si los cuervos vuelan al sureste hay tormenta, y no cualquiera.

—No logro captar qué tiene de malo aquello, señor.

—Eso significa que el Señor de las Criaturas Marinas se alzará de nuevo.

—Eso no es problema para usted señor.

—No, no lo es, pero si no lo detengo no podré dominar todas estas tierras. Lo único que tú y yo necesitamos es El Durazno.

Aquí termina la segunda parte de la historia en la que sólo podrán sobrevivir y perecer con ayuda de un durazno.


Publicado originalmente el 11 de diciembre de 2015.

El Ajedrecista Del DuraznoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora