—El Príncipe
«¡No!» Sonó en su cabeza esa extraña voz de nuevo, que se iba perdiendo lentamente en una extraña lejanía, llena de dolor y castigo.
El príncipe Milón finalmente dejó de ser aquel Jardinero perdido en pensamientos de loco.
—Suéltame, no, por favor, no lo hagas —escuchó el Príncipe, una voz de chica proveniente del castillo, y al voltear, notó que específicamente llegaba del balcón donde antes había estado el Rey, sólo que ahora estaba Elia, aquella chica que hace unos minutos mató a todo aquel que se cruzaba con una cuchillada, sujeta casi al borde, pues un caballero de armadura café estaba a punto de tirarla.
—No debería decir esto, señores, pero esa princesa merece morir —dijo el Príncipe, abriendo sus brazos como si comenzara a dar un discurso—, mató a muchos inocentes de los que la mayoría no conoce sus nombres. Y no soporto que esto se siga saliendo de control. No porque sea de la realeza, debo ser perdonado. Alguien me controló, y sé que nadie puede dar testimonio de que aquello es cierto. Castíguenme si es necesario, con tal de que las muertes paren —terminó, y se hizo el silencio. Todos estaban callados y confundidos. En aquel momento, entre la pequeña pelea que surgió en el balcón entre Elia y un caballero de tono oscuro, llegó un hombre a caballo, cruzó la puerta de piedra que dejó de estar vigilada, por los guardias que corrieron a salvar al Rey. Eso hacían antes de que muriera.
—¿Hay alguien aquí que pueda transmitir un mensaje al Rey? —dijo el hombre, algo sudado y cansado.
—Yo puedo recibir el mensaje, o si no, dígalo frente a todos nosotros, no importa que lleguemos a espantarnos, ya hemos vivido cosas horribles aquí, como la muerte de vuestro Rey y la pelea en su balcón —dijo el Príncipe.
El hombre volteó a ver la violencia en el balcón y vio cómo la chica iba a caer cuando dijo.
—Hay una invasión de seres extraños en una aldea al sur, y se dirigen aquí, no tenemos idea de por qué, soy de los pocos vivos. Necesitamos atacarlos ya —dicho esto, todos voltearon y vieron caer a un chico que creyeron chica... ¿o fue al rey?
Publicado el 24 de diciembre de 2015.
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El Ajedrecista Del Durazno
FantasyUn buen día se le ocurrió la magnífica idea de tener pesadillas. Su único refugio eran sus sueños, pero ahora tendrá que enfrentar al mundo real. Sus padres la necesitan de vuelta, cueste lo que cueste. Sin embargo, sólo hay una manera de que ella s...