Un Último Encuentro II

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—Narrador

Y mientras Elia, Annie y Eileen avanzaban con Leon, que peleaba arduamente con la falsa Elia —que en realidad estaba poseída por Elinor—, a la entrada de la Ciudad Celestial cientos de Criaturas del Mar derrumbaban los muros y avanzaban contra el ejército de Milón, ahora en manos de El Ajedrecista, que también se llamaba Elinor.

—Escúchame, si no detenemos a esas porquerías no lograremos salir vivos de aquí, aunque yo sea malo, aunque tú seas noble, y aunque todos estos buenos caballeros quizá mueran, debemos salvarnos —dijo Elinor, levantando a Milón del suelo, y juntos se abalanzaron sobre las Criaturas del Mar.

En el castillo, la batalla entre la falsa Elia y Leon se extendió hasta las habitaciones colosales donde se resguardaban todos los ciudadanos. Algunos se espantaron porque un guerrero atacara a Elia, y otros se aterrorizaron porque Elia atacaba a una persona de la Ciudad.

Al fin, Leon saltó y le clavó la espada en el abdomen, matando finalmente al cuerpo de Elia.

Las chicas bajaron.

—Escuchen —empezó a hablar Elia—, la Ciudad está siendo atacada por unos colmillos que causan temblores y destruyen lo que pueden...

—Y también por Criaturas Del Mar —alguien gritó de entre los espectadores.

«Esto es muy malo.» Pensó Elia.

—Está bien, creo que no hay muchas opciones de salvarse, a menos que huyamos de la Ciudad, hacia el desierto —dijo Elia, y muchos quedaron atónitos.

—¿Para qué quieres ir al desierto? —susurró Eileen, también confundida.

—Iremos al desierto porque ahí hay una puerta hacia nuestra salvación, la única que nos queda. Y yo creo que lo lograremos, pues con nosotros se encuentra Eileen, la reina que, según la leyenda, regresaría a salvarnos a todos, y es cierto, pues ella es la única persona de aquí que sabe montar y tiene un dragón para defendernos. Yo me pongo a sus órdenes —y Elia puso una rodilla en el suelo, inclinada hacia Eileen. Luego, todos los presentes la imitaron, muchos con expresiones de asombro.

Todos salieron en dirección del desierto, menos Eileen, que montó en su dragón.

—¿Lista para irnos? —dijo Elia, mientras Leon y Annie dirigían a los demás. Elia se les incorporaría a ellos igual que Eileen.

—Aún debo hacer algo —dijo Eileen, que llevó su dragón hacia donde se libraba la guerra entre Criaturas Del Mar y caballeros.

Casi ya todas las Criaturas Del Mar habían muerto, pero nadie se podría salvar de los colmillos si seguían en esa parte de la Ciudad.

—Muy bien, ya ganamos, ahora debemos huir de aquí —dijo Milón, que le hizo señas a Elinor de salir de ahí.

—De aquí tú no saldrás —dijo Elinor, que atravesó con una lanza el pecho de Milón, en el mismo instante en que Eileen aparecía, y al no saber exactamente quién era bueno y quién no, terminó rostizando a El Ajedrecista y a Metziri—. ¡Y yo tampoco!

—-¡¿Eileen Collinson?! —exclamó Elinor.

—Yo soy tu perdición —dijo Eileen y terminó de destruir a El Ser.

—¡Ahora escuchen todos! —gritó Eileen a los caballeros supervivientes, que se les había quitado la piel rojiza por las tinieblas de Elinor, quien ya estaba muerto—. Debemos salir rápido de aquí, no todos se salvarán, pues unos colmillos salen del suelo y matan a todos el que se les cruza, así que yo los ayudaré. Hay que proteger a los ciudadanos —y todos salieron trotando rápidamente hacia el norte, donde se extendía el gran desierto.

*Ya en la puerta de piedra hacia el Largo y Eterno Bosque entre Montañas*

—Oigan, Eileen no llega —dijo Javier, preocupado. Todos los habitantes, o los que sobrevivieron a los colmillos, atravesaron la puerta de piedra. Sólo Elia, Leon, Annie y él seguían esperándola.

—Oigan, veo algo a lo lejos —dijo Leon, que vio cómo el dragón de Eileen volaba arrasando con los colmillos que aun salían del suelo, con un centenar o más de caballeros.

—¡Esta viva! —dijo Javier, tirándose al suelo con una sonrisa.

En fin, las cosas no siempre van como uno espera.

Cuando todos al fin cruzaron las puertas, Leon extendió un brazo hacia Eileen.

—Toma, entiérralo en este lugar —y Eileen tomó el durazno en sus manos y en un agujero que previamente hizo Javier, enterraron el durazno, aquel tesoro que siempre guardó con valentía el honorable Leon y Annie.

Y lo que extendió esa fruta fue amor por todo el nuevo mundo que habían empezado a conocer, sin las garras del mal, alejados de Las Tierras del Breso.

Como dije, no todo sale bien.

Eileen regresó a Las Tierras del Breso.

—¿Te irás para siempre? —le dijo Leon, a un lado de Annie.

—No lo sé, me iré con Javier, a destruir todos los males del mundo que dejaron atrás. Ustedes serán los nuevos reyes de aquellas tierras aún desconocidas —dijo Eileen—. Deberían llamarlas, "Las Tierras Del Durazno"

—Cómo tú digas.

Leon y Annie se casaron y formaron el nuevo mundo de Las Tierras Del Durazno, mientras Eileen y Javier reconstruyeron La Ciudad Celestial y ellos dos vivieron ahí.

—De todos modos, nunca pertenecí a este mundo, sólo fui una mancha intentando salvar varias manchas. Después de todo, soy una chica con suerte y nada más —fueron las últimas palabras de Eileen, al irse a vivir con Javier en un castillo, hasta su muerte, pues nunca más volvieron a ver a Leon y Annie.

En el día de muerte de Eileen y Javier, ella susurró a la oscuridad que se cerniría sobre ellos.

—Una buena reina muere con su Ciudad.

Fin


Muchas gracias por haberme leído. Esta es la primer novela que subí a Wattpad, sin haber leído nada de nada, así que puede no ser fenomenal, pero sí que es una pequeña joya que espero te haya gustado mucho.

Publicado el 8 de enero de 2016.

El Ajedrecista Del DuraznoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora