Capítulo 8

9K 832 622
                                    


Esto lucía completamente extraño. Newt estaba sentado sobre el borde de la cama, observándome esperando que realizara mi trabajo, no entendía muy bien cual era, solo sé que sostengo entre mis manos un estuche de maquillaje femenino.

-¿Puedes repetirme una vez más qué es lo que debo hacer?- Parecía exasperado, cerró sus ojos y su ceño se frunció.

-Por décima vez, debes colocar éste labial color piel sobre el moretón y la cicatriz, lo esparces bien y luego pon éste polvo sobre el labial que colocaste. No es tan difícil.

-Lo intentaré, pero jamás lo he hecho así que adhiérete a las consecuencias.- Anticipé mi defensa, por si no quedaba como él esperaba mientras lo veía rodar sus ojos.

Coloqué un poco de ese labial que mencionó sobre la yema de mi dedo, posando este sobre su reciente corte. Una sensación dominó mi estómago, el temor de lastimarlo y me incomodaba aún mas ver que tenía su mirada sobre mis ojos. No la quitaba.

Repasé el labial, esparciéndolo ésta vez a lo largo de su pómulo, generando una leve expresión de dolor en su rostro. Alejé mi mano por acto reflejo disculpándome antes de volver a realizar la misma acción.

Tomé el polvo, imitando el acto que hacia hace unos segundos atrás cuando mi vista se desvió de la zona maquillada hasta los ojos marrones del rubio. No sé que me sucedía, no sé por qué siento ganas de quedarme observándolo por horas, no sé por qué estoy bajando mi vista hasta sus labios, no sé porque siento el deseo de probarlos, no sé por qué dejé de hacer lo que me pidió, no sé por qué mi respiración se entorpece, no sé por qué mi corazón se acelera, no sé qué es lo que estoy pensando. Soy un idiota con ideas confusas, el ambiente lo es.

El ruido de una puerta cerrarse se escuchó en la planta baja, generando que desviáramos la vista hacia la salida de la habitación donde nos encontrábamos. Solté un suspiro aliviado mientras Newt me arrebataba las cosas de mis manos para guardarlas dentro del estuche y lo colocarlas en su lugar, chequeando en un espejo antes de abandonar la habitación que sus golpes estén bien discretos.

Una mujer de aproximadamente treinta años, morena de ojos marrones como los del rubio, alta, esbelta y seria apareció por las escaleras. Parecía haber tenido un mal día. Mi vista se corrió hasta mi compañero, quien caminaba con su mirada gacha, ignorando aún con su ceño fruncido a la persona que acababa de ingresar. Ésta caminó hasta el cuarto de donde salimos sin siquiera notar nuestra presencia.

Él se frenó un momento antes de sobar su nariz y continuar su camino hasta la planta principal.

-¿Todo está bien?- Se detuvo finalmente, dándome la espalda, como si no quisiera que lo viera. Asintió mirándome por sobre el hombro- Newt...- susurré cuando la luz iluminó por contraste sus ojos, marcando un brillo en ellos. Estaba llorando. Se giró hacia mí, colocando su dedo índice sobre sus labios en señal de que hiciera silencio mientras palpaba su bolsillo verificando que algún objeto o cosa estuviese allí antes de realizar un movimiento con su cabeza para que lo siguiera hacia el exterior de la casa.

Por alguna extraña razón, nos alejamos algunos metros, si no me equivoco, por aquí lo recoge el autobús. Tomó el paquete de cigarrillos del bolsillo que tocó, encendiendo uno y llevándoselo a la boca.

El ambiente estaba silencioso, tanto que lograba desesperarme, solo se oía por momentos el agudo cantar de los grillos. El rubio tenía la mirada perdida en alguna parte, pensativo, mientras que yo me sentía completamente incómodo, no sabía qué hacer o que decir. Mi amigo estaba mal y no tenía idea de cómo ayudarlo.

-Lo siento- Susurró finalmente, volviendo a la realidad mientras colocaba su pulgar sobre su ojo derecho y el índice sobre el izquierdo intentando frenar las lágrimas que comenzaban a salir nuevamente. Odiaba verlo así, me destruía.

Bring Me To Life [Newtmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora