Capítulo 9

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-¿Cómo estuvo tu día?- Hablé luego de varias semanas de no hacerlo, mientras jugaba con la comida que descansaba frente a mí. Ella no dijo nada, se limitaba a llevar bocados a su boca y evadirme fingiendo pensar.- Ya Clara, ¿Cuánto tiempo más estarás enojada conmigo?- Mi paciencia no era la mejor, sabía que haría eso pero ya no soportaba esto de vivir bajo el mismo techo y pretender que el otro no existe además del hecho de que es mi tía.

Me observó bajó sus lentes, dejando su cena por la mitad para irse hasta su habitación. Suspiré e imité su acción, eso es lo que gano por confiar en las personas, lo hice con ella y al contarle algo que venía meditando hace mucho tiempo acabó por hacer de cuenta que no existo. Lo hice también con Thomas, jamás lloré delante de nadie, él fue el primero que me vio quebrado, hasta me tomé el atrevimiento de apodarlo en muestra de confianza y ahora ya no quiere hablarme, eso me dolió.

Volqué el polvo blanco que guardaba bajo mi colchón en una línea, acercando mi rostro con seguridad para inhalar con fuerza y ésta vez, lo pude hacer. Estaba tan cansado de esta vida, harto de que la única forma de apagar todo aquello que me hiciera mal sea atacando la base productora: mi cabeza.

Inhalando, bebiendo, fumando o consumiendo, mi mente se apagaba por completo, las cosas me daban igual, el estar solo ya no me chocaba tanto y el que fuese a hacer Thomas ya no me importaba, allá él si quiere ser mi amigo aún o no.

Eso quería creer.

Recuerdo sus brazos rodearme de tal manera que una calma absoluta invadió mi ser, tenía ganas de quedarme allí por siempre, tener su respiración en contacto directo con mi desnudo cuello, ver su sonrisa que de alguna u otra forma enciende cosas dentro de mí que creí se habían extinguido más sus insistentes formas de ayudarme.

Mis brazos rodean mi cuerpo en éste momento, la única brisa que siento en mi desnudo cuello es la del viento que se filtra por la ventana, la soledad me desespera al punto de querer gritar mientras arrojo todo objeto que tenga delante hacia algún lado, la única sonrisa que veo es la que tienen mis ídolos en las fotos pegadas a la pared pero ellas no me producen nada y la única ayuda que tenía en este momento era las indicaciones de cómo cubrir una herida en una pestaña de internet que quedo abierta desde aquella anoche.

Necesito verlo.

Necesito de él.

Necesito sus brazos rodeando mi cuerpo, mientras repite una y otra vez que todo está bien a pesar de saber que no es así.

Y en el estado en el que estoy logré juntar el coraje que necesitaba para admitir que , me pasan cosas con Thomas.


La mañana se me pasó rápido, la misma rutina escolar me aburría pero siempre estaba allí Minho para hacernos reír con sus extrañas ideas y anécdotas, ¿Cómo conseguía tener una odisea en el instituto? A mí nunca me pasaba nada interesante. Típico.

No había visto al castaño en lo que llevo aquí dentro y eso me alegró desde algún punto. No tenía ánimos de cruzarlo, y si lo hacía sabría que sería lo mismo, ya no quiere hablarme y lo entiendo. ¿Quién querría?

-Hey, ¿Qué tal si hacemos algo al salir del instituto?- Ofrecí cuando un silencio dominaba la mesa en la que estaba sentado.

-¡Sí!- Exclamo Ben- Vayamos al parque de diversiones.

-No, ya hemos ido ahí- Respondió Minho.- ¿Qué les parece ir a ver béisbol? Podemos comprar las entradas ahí mismo, o por reventa.

-Odio el béisbol- Habló Jeff- ¿Y si vamos al paintball? Mi tío trabaja allí, podría hacernos algún lugar.

Bring Me To Life [Newtmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora