Bring Me To Life [Newtmas]

Capítulo 29

-No, no, por décima vez Newt, los troncos no van de esa manera, deben ir cruzados.

-Tommy, cierra la boca y ve a buscar más troncos, haz algo útil.

-¿Más troncos? Tienes como nueve ahí, ¿Cuántos más quieres?

-¿Crees que con nueve alcanza? Necesitamos más si queremos que tu estúpido fogón prenda.

-¿Quién fue el niño explorador por seis años? ¿Tú o yo? Líder de las Luciérnagas Brillan Siempre por cuatro años consecutivos, medallas en...

-¿En serio Thomas? ¿Vas a salir con esa ñoñez?

­-¿Ñoñez? Si no hubiese estado con los niños exploradores nunca hubiese sabido que hacer en el caso de quedar perdido en medio de la Amazona.

-Claro, porque eso es algo que pasa tan usualmente...

-Newt estás irritándome.

-¡Y tú estás irritándome a mí! Hace dos horas contadas que estoy tratando de encender este maldito fuego y no has hecho más que quemarme la cabeza con tus "Pon eso allí" "No, Newt, este es un trabajo sucio mueve ese tronco con más ganas" "Ese tronco es feo, ponlo por lo bajo" "Está anocheciendo, muévete" "Estás haciendo algo mal, esto no funciona" Y siquiera me has dado una mano así que, con la poca paciencia que me queda, te pido que traigas el encendedor que tengo en el bolsillo delantero de mi campera y haremos esto al estilo Siglo XXI.

-Pero... la emoción de la fogata está en el desafío de encenderlo con el roce de las rocas.

-¡Thomas ve a traer el maldito encendedor!

-No soy tu asistente Newt, mueve tus piernas y entra a buscarlo tú.

-Mi asistente, sí, que irónico, no has hecho más que rascarte el... mi asistente dices- Una risa que más bien sonó parecido a un suspiro, irónico brotó por entre mis labios. Lancé el tronco que sostenía en mis manos a la pila que yacía sobre el pasto y, sin decir más, me adentré a la cabaña, reteniendo los malos comentarios en mi garganta porque no quería iniciar una pelea que acabaría con la huída de uno de los dos.

Cerré con fuerza la puerta de entrada tras de mí e inhalé y exhalé con profundidad para calmar un poco aquella ira que invadía mi interior. Me quedé unos pocos segundos apoyado sobre la puerta y me adentré sin prisa al baño, donde dejé correr el agua fría y me detuve a observar mi rostro en el espejo, han pasado semanas desde la última vez que lo hice y puedo decir que me veo muchísimo mejor, que conste igualmente que la última vez que aprecié mi rostro en el espejo me encontraba drogado y por ende mi cara parecía la de un muerto vivo, pero ahora, honestamente, me agrada lo que veo. Junté ambas manos y cargué un poco de agua, que ya se encontraba helada, y la esparcí por mi rostro, provocando esa famosa "piel de gallina" en todo mi cuerpo, ya que estaba demasiado acalorado por la bronca que guardaba. Repetí aquel acto tres veces más y accedí a secar la piel mojada antes de volver a la sala, donde tomé mi campera y de allí saqué un cigarrillo y el encendedor, prendiendo el mismo antes de guardar el encendedor en mi pantalón y dirigirme a la puerta, haciendo un repaso mental sobre la situación recién vivida con aquella estúpida fogata.

Me di cuenta de que soy bastante cabrón, me irrito con facilidad, pero Thomas no ayudaba francamente, al momento en que comenzamos a recolectar troncos se puso en los zapatos del ñoño explorador y ha estado dándome cada indicación absurda, y conste que no hay cosa que odie más que el que me den indicaciones u obligaciones, para colmo no aportaba en nada, no quería siquiera agarrar los troncos porque podían tener algún insecto o alguna araña, y se quedaba simplemente parado diciéndome que hacer. Es algo que no soporto. Hasta ahora mantuve las cosas a su manera pero si quiere esa maldita fogata, la va a tener pero a mí manera.