Capítulo 18

7.6K 703 221
                                    


Me retrasé casi cinco minutos en esperar un taxi, rogaba que no hayan logrado entrar o lo matarían. Me dejó a solo unos metros del instituto al cual ingresé sigilosamente, recogiendo una barra de metal bastante pesada que usaban como traba en las puertas principales. Analizando a mí alrededor con cada paso que daba, llegué a la cancha y afinando mi visión comprendí que pudieron hacerlo, entraron.

"Demonios" pronuncié en un susurro trotando casi hasta destino. "Nueve" Repetí mientras negaba con la cabeza "Maldición Newt, ¿en qué te has metido? Nos harán pedazos" Mi consciencia no me ayudaba para nada en este momento. Inhalé profundo antes de cruzar la entrada.

Mientras más caminaba más dudaba de que siguieran en aquí, solo encontraba mugre por doquier y toallas caídas, oh, sin olvidar ese faro que parpadea. No había rastro alguno de Minho o de alguna otra persona, o eso pensaba hasta que un codo impactó sobre mi nuca, haciéndome caer sobre una banca de madera. Me giré con un leve dolor en mi estómago, justo a tiempo para evadir el puño que se acercaba a mi rostro. Tomé su cuello para dejar una patada en su panza, haciéndolo caer, nada satisfecho acabé con la misma acción solo que en sus genitales y esta vez, soltó un pequeño grito de dolor. Bajé hasta su altura, tomándolo de su camisa.

-¿Dónde está?

-No sé de qué hablas- Respondió con dificultad, estampé otro golpe en su panza, cerró sus ojos y volvió a quejarse.

-No voy a repetirlo dos veces, ¿Dónde está el asiático?

-Él y la chica están bajo el aro.

¿La chica?

Volví a darle una última patada en su estómago antes de recoger la barra y salir al exterior. No mentía. Bajo la canasta de baloncesto había algunos chicos robustos armando un círculo pero no logré ver a Minho, seguramente esté recostado en el suelo molido en golpes.

-¿Qué fue ese ruido Víctor?- Habló uno de los grandotes mientras se volteaba, sorprendiéndose con mi presencia. Al principio pareció eso pero luego una sonrisa se armó en sus labios.- Oh, vaya, tenemos visita.- Todos sus amigos se giraron a verme y fue ahí cuando pude divisarlo, atado al palo.

-Déjenlo ir.- Carraspee y tragué en seco cuando tres de ellos se acercaban a paso lento, amenazantes, hacia mi lado.

-¿Qué dicen chicos? ¿Lo liberamos?- Algunos abucheaban, otros reían mientras él mantenía la vista sobre mí y su sonrisa sínica. –La verdad es que nos estamos divirtiendo mucho con tu amiguito, bastante simpático es.- Pude notar la ironía en su habla.

-No voy a repetirlo.- Amenacé. Traté de sonar firme aún cuando mi cuerpo entero temblaba por el temor.

-¡Que miedo! ¡La niña delgada nos amenazó!- Carcajeó con exageración, acortando la distancia- Si no lo suelto, ¿Qué harás al respecto?- Apreté el fierro que sostenía entre ambas manos, desafiando su mirada.

Uno de los tres corrió hacia mí, con una simple traba de pie cayó al suelo, vaya que es torpe. Pateé sus costillas mientras llevaba una de mis manos hacia el próximo, recibió el impacto del metal y fue bastante fuerte ya que quedó atontado. Otro más se acercó, éste estaba parado a un lado de Minho, y llegando a mi lado estampó de forma rápida un puño en mi mejilla; debo admitir que eso me dolió. Un golpe con la pesada traba sobre su espalda fue suficiente para hacerlo caer quejoso. Quedaban tres y dos de ellos se acercaron a rápida velocidad. El tipo con el que trataba hace un momento estaba quieto en su lugar, observando cada movimiento que hacía. Se estaba reservando para la peor parte. De forma ingeniosa los que quisieron atacarme se chocaron la cabeza y cayeron al suelo, sobando la zona herida.

Bring Me To Life [Newtmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora