Bring Me To Life [Newtmas]

Capítulo 33

Llegué agotado a mí casa. En el momento en que giré la llave para apagar el motor, apoyé mi cabeza sobre el volante y dejé salir un profundo suspiro. Había sido un fin de semana grandioso, sin dudas será una experiencia llena de amor y felicidad que no olvidaré jamás, pero quedé absolutamente exhausto, y saber que ahora debo entrar, cargar con las preguntas de mi madre cual agente policial, con las ganas de charlar y jugar constantes de Winston, me cansaba el doble.

Con pereza, descendí de mi auto y mientras me aproximaba a la entrada principal, me voltee para colocarle la alarma al vehículo y en ese instante, la imagen de mi madre se apareció frente a mí y, sin dejarme realizar movimiento alguno, me envolvió entre sus brazos con absoluta fuerza. Habrá estado observando mis pasos desde la ventana, o quizás reconoció el sonido del seguro, no puedo explicar sino cómo es que me abrió la puerta tan rápido, y sabiendo que era yo.

-Oh, qué bueno que has regresado. Te he echado mucho de menos- Confesó, guardando mi rostro entre sus manos- ¿Y Newtie? ¿Dónde está? ¿Se encuentra en el auto?- Me soltó rápidamente, espiando por sobre mis hombros en busca de la silueta de mi compañero en el interior del carro.

-No mamá, él está en su casa, lo llevé antes de venir aquí.

-Que mal, yo quería saludarlo.

Con una actitud algo desanimada, ingresó a la casa y se hizo a un lado para que pudiese imitar su acción.

-¿Y cómo la han pasado?

-Bien, fue divertido.

-Es lindo que hayas podido estar un tiempo a solas con él, creo que no hay mejor forma de conectar con alguien que tomando un breve respiro junto a la persona que te gusta.

-Que profunda te encuentras hoy, ¿Sucede algo?

-No, bueno, justamente quería mencionarte un detalle que...

-¡Oh! Antes de que me olvide, Newt no sabe que te llamé cuando llegamos a la cabaña para avisarte de mi paradero y de nuestra escapada improvisada, se sintió algo mal por el hecho de que me hizo ocultarte de la acción y me pidió que le cargue la culpa a él sobre lo que sucedió, pero si lo llegas a ver, recuerda que...

Mis palabras dejaron de salir repentinamente, no supe si fue por el hecho de que un fuerte dolor en el pecho me quitó el aliento y aceleró notoriamente mi corazón, al punto de adormecer mis manos y entorpecer mi postura, o si fue por la figura que acababa de salir por el umbral de la cocina.

-¡Mira quién ha vuelto Tommy!- Gritó Winston con una felicidad que jamás había notado en él, mientras entre corridas y saltos, se aproximaba hasta mí.

-Hola campeón.

Su voz. Dios, esa voz tan ronca y rasposa que ha llamado siempre mi atención- era mi gran anhelo de pequeño que la mía sonara de esa manera-, aquella que durante tanto tiempo esperé oír, estaba aquí mismo, de pie frente a mí. Su aspecto había cambiado rotundamente a aquella vez que lo encontré en una plaza, tirado en el suelo, ebrio y sucio cual vagabundo; lucía un traje elegante, su cabello estaba limpio y peinado con gel, su barba desapareció por completo y su piel no tenía manchas de barro, tierra o vómito. En su mano cargaba un maletín, que no tardó en dejarlo sobre el sofá para tender su mano hacia mí.

La observé, con detenimiento. Parecía un sueño, un raro y confuso sueño, pero mi malestar y mi cansancio indicaban que era todo real. Entonces me pregunté si debía realmente aceptar su saludo, un acto tan simple como es el estrechar su mano, pero que porta un significado mucho más amplio, porque si yo respondo, estaría sellando una tregua, afirmando que todo comienza de cero aquí y ahora, en donde el pasado queda atrás y nada de lo ocurrido sucedió. Los préstamos de dinero, el descuido y abandono de sus hijos, de su esposa, las noches de humillación en que iba a gritarle a mi madre, en su propio trabajo, que por favor lo perdone luego de cuatro botellas de whisky y vaya a saber uno que otra sustancia llevaba en su estómago, la ausencia, las traiciones... eran demasiadas cosas para olvidar con tanta simpleza.