Save my heart (Harry Styles)

Capítulo 10

-Yo no he visto nada.

Harry soltó una fuerte risotada, yo me quería morir de la vergüenza que sentía en aquel momento.

-Noah, yo...-no me salía la voz, ambos me miraban, el único que se había sonrojado era Noah, Harry lo veía todo normal, como si fuera algo que le pasase todos los días.

-No tiene importancia, de verdad.-dijo con una sonrisa. No supe si era una sonrisa real o si era forzada. Pero no le di importancia.

Asentí, no quería seguir hablando del tema, pero seguramente Harry querría.

-Es algo natural.-comentó Harry. Como imaginaba, seguiría con el tema.

¿No era bastante incómodo ya? ¿tenía que seguir hablando?

-Harry, por favor.-le fulminé con la mirada,-¿Me haces el favor de callarte?

-¿Qué he hecho?-preguntó con una inocente sonrisa, pero a mi me pareció malvada, como del mismísimo diablo, y era el diablo más hermoso de todos los tiempos. Seguí con el ceño fruncido, impasible a su mirada de niño bueno.

-Lo sabes bastante bien.-espeté.

-No os peleís.-dijo Noah en un tono amigable, intentando calmar el ambiente.

Me quité a Harry de encima bruscamente, tanto, que casi le tiro de la cama.

Me agarró de la mano como pudo y me hizo girarme para que le mirase, pero yo bufé y me liberé de su mano.

-Dejáme en paz.-dije con un tono de voz duro y serio.

Noté la triste mirada de Harry en mi espalda, quizás había sido muy dura, quizás no debería haberme enfadado por semejante tontería, pero estaba molesta, tal vez demasiado, y no se me quitaría en unos pocos segundos.

Escuché los pasos de Harry tras de mi, pero seguí caminando, sin importarme su presencia.

Al llegar al lago los pasos cesaron, pero noté el aliento de Harry en mi nuca.

-Perdóname.-susurró agarrándome de la cintura.

Le aparté las manos, asqueada. Me separé de él y me senté sobre una de las grandes piedras.

-¿Qué he hecho mal?-preguntó sentándose a mi lado.-Cecily...

Colocó un mechón de pelo detrás de mi oreja, fijé la mirada en una de las pocas estrellas que todavía podían verse en el cielo, ya que la luz del sol las ocultaba.

-Cecily.-separó sus rosados labios para pronunciar mi nombre de tal manera que me hizo temblar.

Me tragué el orgullo que llevaba dentro y le miré.

-¿Qué?

-Lo siento.-dijo cabizbajo, los rizos le tapaban los hermosos ojos esmeralda, alargué la mano y los aparté.

Harry colocó su mano derecha sobre la mía, la agarró con cariño y la llevó hasta sus labios, para besarme las yemas de los dedos con suavidad, sin embargo, yo sentía que cada uno de sus besos clavaba pequeñas agujas en mis dedos.

Me acercó a él y colocó la otra mano en mi espalda, sujétandome.

-¿Por qué eres tan hermosa?-preguntó sin esperar respuesta.

-¿Por qué estás tan ciego?-me reí.

Harry coreó mi risa y yo le acaricié los rizos, mientras sonreía.

-¿Estoy perdonado?

-Tal vez...-dije dejándole con la duda.

-Sé que lo estoy... y si no fuera así, permíteme decírte que nunca haría que te enfadases adrede, siempre haré que una sonrisa curve tus labios, pequeña. Jamás permitiré que derrames lágrimas de tristeza por mi culpa, y si llego a hacerlo no me opondré a que me corten las manos.