Fifty-six

13 1 0
                                    

-¿Consumes habitualmente algún tipo de droga o alcohol?

-No-respondí un tanto extrañada .Supongo que es una de las preguntas que todos los psicólogos están obligados a preguntar. 

Lucas se revolvió el pelo suavemente. Tras ajustarse las gafas meticulosamente dirigió su fría mirada hacia mí.

-Bien, Jane. Cuéntame, al recordar a tu padre ahora, ¿en qué piensas?

-Mm..-susurré creando la imagen de mi padre.-En que no debería estar muerto.

-¿Por qué le echarás de menos?

-No-dije riendo sarcásticamente-porque ese maldito cerdo debería pagar por lo que hizo. No es justo que se vaya de aquí sin más.

Lucas asintió.

-Jane, ¿podrías relatarme exactamente con qué pensamientos empezó tu ataque de asma?

-Comencé a pensar en...bueno,ya sabes, típicos pensamientos aterrorizados y ridículos.

-¿Cómo cuáles?-preguntó Lucas con sus verdosos ojos brillando.

-Como que ... que alguien viene a por mí.

Su cara fue totalmente desconcertante.

-¿Que alguien viene a por ti?Explícate, por Dios.

-No sé si lo pone en tu cuaderno,-dije señalando la carpeta blanca que sostenía cuidadosamente.-pero han asesinado a mi mejor amiga, a mi madre, y a mi padre.

Lucas se quedó blanco.Tras unos veinte segundos comenzó a parpadear frenéticamente.

-Pero, sólo son patéticos pensamiento fuera de lugar, ¿verdad?-pregunté, más bien cómo una súplica que como otra cosa.

-Jane, esto...no quiero alarmarte. Todo va a salir bien, pero, no puedes permitirte actualmente el lujo de no estar escoltada. Ni tu ni Aaron.¿Dónde está Aaron actualmente?

-Le dejé con un amigo.

-¿Es de confianza?-Espera un momento...¿X es de confianza?Ni siquiera sabía su nombre real...

-Sí-contesté.

-Me da igual, llámale y dile que le recogerás en media hora. Por mucho que tu amigo sea de confianza, no puedes confiar en nadie.

-Pero él nunca haría nada...

-No puedes confiar en nadie, ¿entiendes?

-No.-dije firmemente.-Él es mi amigo, de hecho, él es el que me ha llevado a venir al psicólogo.-dije mientras notaba como mi respiración comenzaba a acelerarse.

-Jane, escúchame y tranquilízate. Tus padres están muertos,¿entiendes?No van a volver. Aaron y tçú estáis en peligro. No te estoy diciendo que os vaya a pasar algo malo, pero alguien debe responsabilizarse de vosotros.

-¡Puedo hacerlo yo sola!-grité.

-Bien, hazlo tú sola, pero te ruego que no dejes a tu hermano con nadie que no seas tú. Al fin y al cabo ya sabes, todo el mundo es sospechoso hasta que se demuestre lo contrario.

Asentí débilmente. Últimamente estaba siendo demasiado descuidada. Lucas llevaba razón.

-Bueno, cambiemos de tema. Dime, ¿cómo se llama tu amigo?-preguntó con mirada curiosa. Mierda.Joder, era mi psicólogo. Si mentía a mi psicólogo, ¿a qué altura llegaba?

-Bueno, es algo un tanto complicado. Él...no quiere decirme su nombre.

Lucas me miró atónito.Se volvió a revolver su oscuro pelo.

-No sé la razón, se lo he preguntado varias veces, pero dice que así todo es mas misterioso.-dije suspirando.-Estarás pensando en lo immbécil que soy, y no te culpo, yo también lo pienso. Pero no lo entiendes, él...con él siento que todo va a salir bien. Si no fuera por él estaría sumida en una depresión. Cuando mi madre murió, fue el único que se encargó de cuidar de mi hermano y ayudarme siempre. Venía todos los días a casa,¿entiendes?

-Jane.

-¿Sí?

-Tu amigo este... ¿estaba cerca del lugar del crimen antes de los asesinatos?

-¿Por qué preguntas eso?-dije mientras mi pulso se disparaba y mi pierna empezaba a temblar.

-Concéntrate, Jane.¿Él estaba cerca, o sabes si estaba acompañado?

Intenté hacer memoria frenéticamente.Mi corazón se paró por lo que me pareció una eternidad.No...

-Él-susurré temblando- Él siempre ha estado cerca. Cuando ocurrió lo de Rose, el estaba conmigo en casa, pero luego se fue... Cuando mamá murió...¡no! ¡no puede ser!

-Jane, respira hondo y termina la frase.

-El día que encontré a mi madre en la maldita casa, había estado durmiendo en su casa. No pudo ser él.

-¿A qué distancia está tu casa de la suya?

-A poco, unas tres calles.Pero no puede ser él, no puede ser. Además en lo de mi padre- me quedé congelada de repente.-Me desmayé y no pude ver nada.

-Jane, tu amigo es un muy posible sospechoso de asesinato. Por Dios, llama corriendo a tu amigo y que te pase a tu hermano por teléfono.-Lucas me pasó el teléfono con rostro asustado. No. X me pasaría a mi hermano y demostraría a Lucas que se estaba equivocando de persona. X no era un asesino.

Con la mano temblando sostuve el teléfono antes de marcar rápidamente el número de X. Sonó el primer tono. El segundo. El tercero. El buzón de voz.

-No...no lo coge.-dije bajito. 

-Vamos a tu casa.-dijo Lucas cogiendo su chaqueta y poniéndose en pie rápidamente. Cogí i abrigo y me puse en pie. Me dejé guiar por las escaleras blancas detrás de él.Esto sólo estaba siendo una coincidencia. Una horrible coincidencia.

Al salir a la calle, el viento sacudió mi pelo violentamente. Jane, no pasa nada, comencé a repetir en mi cabeza. 

Antes de contar hasta diez, habíamos llegado a casa. Lucas parecía un tanto asustado. Llamé al timbre intentando aparentar seguridad. Se oía música de fondo. Quizás no nos escuchaban bien. Comencé a darle repetidamente al interruptor, pero nada.

-Déjame-dijo Lucas tomando carrerilla. Me aparté justo a tiempo de que él diera una fuerte patada a la puerta y la echara abajo. 

-¡Aaron!-grité.La música venía de la parte de arriba. Subí las escaleras de dos en dos seguida por Lucas.Me paré justo en la puerta, extrañamente venía frío desde la puerta.  Entré en mi cuarto.

-¡Aaaaaaaaaaaah!-grité cayendo al suelo violentamente. 

No, Aaron no.




XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora