F o u r t y - f o u r

34 4 1
                                    

Querido diario:

Así fue como ocurrió todo.
Hacía mucho tiempo que no me ponía especialmente arreglada, así que por una vez quería verme con algo que no fueran vaqueros. Cogí un vestido corto y negro, bastante básico pero elegante para mi gusto. Recogí mi pelo en un moño suelto y me puse unos tacones negros.

Le había vendido a mi madre la excusa de que Rose celebraba una fiesta familiar en su casa, y que obviamente, yo estaba obligada a asistir.

Salí de casa acompañada por unos cuantos gritos de mi madre sobre el toque de queda.Al salir a la calle, un lujoso mercedes plateado me esperaba . Saludé con la mano a Jonathan, quien lo conducía y me sente atrás con Rose.

-Jane,¡de esta noche no pasa que te encontremos un novio!-gritó mi amiga con los ojos demasiado abiertos.

-Rose ya llevas varias copas encima, ¿no?-pregunté mirando a Jonathan quien asintió.

-¡Cállate, lesbiana de mierda!-gritó Rose riendo.

-No soy lesbiana.-dije poniendo los ojos en blanco.

-Entonces debe ser que eres asexual o alguno de esos rollos, porque ya veo que nunca te llevas a casa a alguien.-dijo guiñándome un ojo.

¿Cómo narices me metía en estos líos? Suspiré, deseando estar con X como la otra noche, arropada entre sus brazos y mantas, viendo tranquilamente una película.

Finalmente llegamos a la discoteca, de dónde provenían música demasiado alta. Puse tal mueca que Rose me enseño el dedo de en medio y se fue a la cola tambaleándose mientras que yo avanzaba más lento con Jonathan. Me fijé en lo guapo que iba vestido, camisa blanca y los típicos vaqueros negros.

Los rizos rubios caían libremente por sus hombros y llevaba un poco de barba rubia de hacía dos o tres días. Parecía mucho más mayor de lo que ya era.

-Qué guapa vas, Jane.

-Lo mismo digo-sonreí guiñándole un ojo.Estuvimos esperando cerca de quince minutos, pero al entrar, me llevé una decepción mas.
Ese local no tenía nada de especial, sólo era una discoteca más, al contrario de como lo habían describido mis amigos.

-Esto es muy normal, Jonathan-me quejé mientras nos arrastrábamos por la masa de cuerpos danzando.

-Lo sé nena, pero cuando llegan las doce hay una sorpresa-dijo sonriendo socarrón.

No pregunté más y fui casi corriendo a la barra a por una maldita copa, todavía eran las diez y media. Necesitaría tomar un par de copas para aguantar esto.Después de que el atractivo y estrambótico camarero me atendiera, le di un gran sorbo a mi copa. Avancé hasta la pista de baile y comencé a bailar lentamente.

Comencé a ir y venir desde la barra hasta la pista de baile.Llevaba cinco vodkas y aún no eran las doce.Ya que me estaba desesperando porque no llegaban las doce comencé a moverme de manera un poco extraña pero que en mi mente parecía sensual.

De repente, una mano se situó en mi cadera y dirigí mi mirada hacia el dueño de esta. Un guapo chico de ojos verdes me miraba lascivamente.

-Cariño,¿estás sola?

Asentí lentamente mientras pegaba mi cuerpo al suyo. Me cogió de la mano y fuimos hasta una habitación oscura. Tras un par de toqueteos, besos y mordidas en una suave cama, un chico rubio interrumpió en la sala totalmente enfadado.

-¡Jane!¿Qué narices haces aquí?

-¿Jane?¡¿Quién coño es Jane?!-grité riendo como una psicópata.

XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora