Fifty- one

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Rose.Otra vez lo mismo. Rose había muerto. Mi mejor amiga desde la infancia había muerto.Tras llorar durante horas acompañada de Jonathan en el funeral volvimos a casa. X al enterarse de lo ocurrido me llamó rápidamente para ofrecerse a quedarse cuidando de Aaron. Mi hermano no podía saber nada. 

Estábamos andando lentamente hacia casa. Jonathan me llevaba de la mano, y yo me aferraba con fuerza a la suya, ya que sentía que podía caer al suelo en cualquier momento. Rose, muerta. Rose, el alma eterna del alcohol y las fiestas había muerto. Yo no podía hacer otra cosa que aguantarme las lágrimas y evitar que mi cabeza explotara de un momento a otro.

Es curioso como puedes perder todo de un día a otro. Cosas, momentos o personas que no valoras que tienes hasta que los pierdes. Rose era...quizás no era la mejor influencia, pero siempre estaba llena de vida. Tan hermosamente adicta a la adrenalina. Ya desde pequeña era la que me obligaba a montarme con ella en la montaña rusa más escalofriante que  hubiera.

Adicta a la adrenalina, adicta al misterio, al descontrol, al caos. Era su vida. Fiesta, alcohol, liarte con cualquiera, resaca y vuelta a empezar.

Seguí sumida en estos pensamientos hasta que Jonathan me advirtió con un suave toque en el hombro de que habíamos llegado a casa.Papá llevaba cuatro días fuera de casa. Después de dos semanas encerrado en su despacho, anunció que se iba de viaje, se despidió y se fue. El también estaba perdido.

Tenía que recordar a Aaron. Tenía que ser fuerte por él.Aún no podía derrumbarme. Llamé al timbre y me abrió la puerta X con una sonrisa triste.Sólo me lancé a sus brazos sin decir nada. Lo abracé con toda la fuerza que no tenía. Una débil lágrima cayó de mi ojo.

-Lo siento mucho Jane-susurró besando mi hombro suavemente. Sollocé al recordar a mi amiga.¿Por qué tenía que perder a todo el mundo?No era justo.Yo no me había portado tan mal con el universo como para que la vida me pateara una y otra vez.

Me separé de X sorbiendo mi nariz. 

-¿Dónde está Aaron?

-Conseguí cansarlo lo suficiente. Está durmiendo tranquilamente en su cuarto. 

Asentí levemente mientras miraba sus extraños ojos negros.

-Gracias, Dios. No sé qué sería de mí si no te tuviera en estos momentos.-dije con la vzoz temblorosa.

-Acuéstate un rato, debes descansar Jane.

-Estoy bien...

-Ambos sabemos que llevas varios días sin apenas dormir- me interrumpió.- Vete a dormir, por favor.

Asentí como una autómata mientras me dirigía a mi cuarto.

-Jane, todo se arreglará-dijo X arropándome. Depositó un suave beso en mis labios antes de salir de mi cuarto cerrando la puerta. Dormí por unas buenas horas soñando con un reconfortante abismo negro.

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-Jane.Jane...¡Jane!-desperté llamada por una voz conocida. X me sacudía levemente el hombro.

-Esto...Jane, siento despertarte, pero tienes que salir. La policía ha llamado. Quieren interrogarte sobre Rose.Jane, no sé como decirte esto...tú eres...eres la principal sospechosa del asesinato de Rose.





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