MARATÓN 5/Fourty-nine

21 4 1
                                        

Querido diario:

Todo parece ir algo mejor. He conseguido dejar de llorar como una descosida cada vez que me quedo sola en mi habitación. He comenzado a asumir que tengo que sacar a mi padre y mi hermano de esta mierda.

Hoy ha venido X a casa,pero no colándose, sino formalmente.Al sonar el timbre, Aaron y yo nos quedamos mirando asustados. Bajé las escaleras cuidadosamente mientras mi hermano pequeño me seguía.

Al mirar por la rejilla me sorprendí bastante, X no haría esto si no fuera por una buena razón. Al abrir la puerta, X me abrazó con energía.

-Lo siento, lo siento, lo siento-no paraba de repetir.

-¿Por qué?

-Por no haber venido antes. Lo siento muchísimo Jane.-dijo mirándome a los ojos con pena. Su mirada se dirigió a mis labios y empezó a acercarse.

-Te presento a mi hermano pequeño, Aaron-dije señalando a una columna. Tenía que cortarle el rollo. No quería que mi hermano me viera besarle.Aaron salió de detrás de la columna.

-Hola pequeño.¿Estás bien?

Mi hermanito asintió mientras se aferraba a mis pantalones.Me agaché hasta su altura.

-Este es...John-dije improvisando-, un buen amigo mío-dije acariciándole la mejilla y forzando una sonrisa. Aaron no confiaría nunca en alguien de quien no sabía el nombre.

-Hola-dijo Aaron en voz baja.-¿Por qué has venido?

-Para veros a tu hermana y a ti-dijo encogiéndose X.

-¿Vas a ayudarnos?-dijo mi hermano.

-Claro-dijo sonriendo X mientras le revolvía el pelo rubio a Aaron. Era adorable.-Vaya, la casa está hecha un desastre.Deberíamos darle una buena limpieza.

-Sí.Tuvimos que dejarla intacta un día para que viniera la policía y eso.-dije dirigiéndome hacia el cuarto de limpieza y sacando todo tipo de utensilios.Al volver a la entrada encontré a Aaron subido en los hombros de X.

-¿Qué hacéis?-pregunté sonriendo un poco.

-Nada-dijo sonriendo Aaron. Vaya talento tenía X con los niños. Si mi hermano de por sí ya era muy tierno, verlo con X me devolvía las ganas de vivir.

-En marcha-dije.

Tras dos horas y media limpiando entre todos, la casa quedó en un estado aceptable. X y yo fuimos a acostar a Aaron en mi cuarto, ya que estaba muy cansado.

-Oye-dijo bajando las escaleras X.

-¿Sí?

-Eres la chica más fuerte que conozco-dijo sonriendo y acercando sus labios a los míos. Por fin pude besarle. Me agarró de la cintura intentando acercarse más a mí.

-Tampoco estoy siendo la mejor-susurré sentándome en el salón.

-Jane, eres increíble. La voluntad de hierro que se necesita para que te pase algo así y no te hundas en la miseria es enorme.

-Tenía que hacerlo, por Aaron, por papá...

-¿Y tu padre?

-Está dando una vuelta por ahí.No nos ha hablado desde que salí del hospital.

-Vaya, lo siento.

-No importa-dije intentando aguantarme las lágrimas.

-Jane-dijo X cogiéndome por el mentón para ver mi cara.-Está bien que llores. No siempre puedes ser una roca.-dijo abrazándome.

Sollocé contra su hombro mientras me aferraba a su cuerpo con fuerza. Estuve unos largos minutos llorando como una magdalena, mientras él sólo me decía que todo iría bien. Al recuperarme empecé a respirar hondo.

-Jane, no olvides que estaré contigo siempre. A partir de hoy, vendré a ayudarte con tu hermano y la casa todos los días.

-Pero tu trabajo...

-No acepto un no por respuesta-dijo besándome con cariño.Quizás sí que pudiera sobrevivir con X a mi lado.


XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora