Wolves.

[2] La historia detrás.

Les dejo a Ruth en multimedia y espero que disfruten este capítulo un poco más largo que el anterior, tiene algunas revelaciones entre los chicos, para que los conozcan un poco más (: 

Recuerden comentar y votar, en el pasado capítulo me dieron más de 100 comentarios y casi lloro en serio, ¿podrán superarlo? (; Espero subir otro capítulo antes de Navidad, pero ya veremos. 

Mi boca tiembla en cuánto pronuncias sus últimas palabras, pero no pienso en nada para decir. Incluso, podría asegurar que sólo lo dijo para aumentar su satisfacción. Por la frialdad de sus movimientos y de su actitud, supongo que no es la primera vez que apunta a alguien en la cabeza. Respiro con rapidez, mucho más de lo esperado, y mi corazón se contrae en mi pecho con fiereza, como si estuviera a punto de salirse. No puedo afirmar si lo que siento es miedo o no, pero sin duda, esta no es mi forma de morir. Y tampoco ahora.

Pienso en suplicar, pero esa idea es tan humillante que la desecho de inmediato. Sin embargo, trato de pronunciar palabra, pero la presión de su brazo contra mi cuello es tan fuerte que me aprieta las cuerdas vocales. No podría hablar hasta que deje de estrangularme.

Lo único que logro emitir es una tos ahogada que al parecer aligeró su tensión y una pequeña y odiosa carcajada se empuja fuera de sus labios. La fría punta de la pistola continua burlándose de mi en mi cabeza.

Formulo una técnica rápida para librarme de su agarre, pero aún si empleara toda mi fuerza, no lograría quitármelo de encima sin antes salir herida.

—Ni lo pienses, pequeña —masculla en mi oído, como si hubiese podido leer mis pensamientos. —Voy a dejar de jugar contigo, ¿No quieres? Mejor hagamos esto rápido.No te dolerá... o tal vez sí, realmente no me interesa.

El sonido de la pistola recargándose me impide pensar en sus palabras y casi puedo imaginar su dedo tirando del gatillo en un santiamén. Cierro los ojos y pienso en las pocas cosas buenas que he vivido... cuándo probé la Nutella por primera vez, cuando comí pasta en un restaurante caro y terminé vomitando.

Espero el estallido, lo espero y lo espero. Pero este no llega, en su lugar, el sonido de otra pistola recargándose se cola entre mis oídos y me pregunto cual de los tres habrá decidido unirse a la pequeña fiesta. Abro los ojos, esperando ver a Liam apuntándome también, no puedo culparlo en realidad, él me lo advirtió antes de entrar, pero supongo que estaba lo bastante deslumbraba y ansiosa para pensármelo dos veces. Pero él no está apuntándome, ninguno de ellos los está.

El drogadicto observa la escena con los ojos entumecidos, casi puedo apostar que está a punto de quedarse dormido. El moreno tiene la mandíbula tan apretada que me tenso pensando que en cualquier momento podría romperse. Liam, por otra parte, se relaja lo suficiente para parecerme aliviado... pero exactamente, ¿de qué?

Entonces escucho otra voz, y al principio pienso que soy yo por el tono femenino, pero no he abierto la boca. Toso cuando el chico con la pistola en mi cabeza aprieta su agarre a mi alrededor y me pregunto qué demonios está ocurriendo.

—Baja el arma, L —parpadeo frenéticamente por la familiaridad de su tono, he escuchado esa voz en otra parte... no podría no ser capaz de identificarla. La manera en la que pronuncia aquellas palabras representa un gran alivio para mí, pero también estoy confundida, yo lo sabía... sabía que ella tenía algo que ver en todo esto.

Ella, Ruth.

Reconocer su voz no me es difícil, pero el tono firme en sus palabras me demuestra un lado completamente diferente en su personalidad.

—¿Qué coño haces aquí, Ruth? —dice el chico entre dientes, sin si quiera mover el arma en mi cabeza.

—Vengo a poner las cosas en orden, como siempre —responde ella, apareciendo frente a nosotros y apuntando una pistola en el pecho de Louis. Pienso en decir si quiera su nombre completo, todos le llaman L, pero escuché cuando Liam lo llamó por su nombre completo.