—Entonces, ¿estás usando la chico?
Frunzo el ceño y giro la cabeza de un sólo golpe cuando escucho las palabras provenientes del oji-verde.
—No lo estoy usando —respondo de inmediato y aparto la vista fuera de él y la centro en los centenares de ejemplos que pudieras elegir al hacerte un tatuaje, que es para lo que Harry está aquí—. Estamos saliendo.
Escucho a Harry tararear a mis espaldas mientras esperamos que su tatuador aparezca, se suponía que estaría aquí hace veinte minutos atrás, pero no ha mostrado señales de vida, y honestamente me estoy cansando. Había dudado venir con Harry porque sabía que seguramente me cuestionaría sobre lo que había pasado con Louis, y yo ya estaba olvidándome de ese asunto para ahora, muy concentrada en mis salidas con Michael y el asunto del viaje que se aproximaba con rapidez.
—Por cierto, nunca me explicaste exactamente lo que vi en el campo de tiro... —solté un resoplido y me quejé en voz alta en cuánto escuché sus palabras, sabía que tarde o temprano no podría resistirse a abrir la boca.
—Harry, por favor.
—Oh, vamos, Gill, tengo derecho a saber —arquea las cejas y se reincorpora en su asiento.
Lo fulmino con la mirada y me cruzo de brazos—. No me hagas hacerte callar con un balazo, Styles.
Señalo hacia mi parte trasera, dónde reside no tan seguramente la pistola que hace unos días Liam me cedió, alegando que luego de un poco más de práctica, estaba lista para portarla por si surgía algún problema. Pero hasta ahora no había pasado nada altamente interesante o peligroso, y yo ya estaba empezando a ansiar que una situación así se diera, quería saber si era débil al apretar el gatillo ante un objetivo verdadero, no era lo mismo disparar a un pedazo de cartón que a una persona viva.
Harry levanta las manos en el aire y justo en ese momento la puerta de la habitación se abre y un chico aparece.
—¡Hasta que apareces, Eddie! —Eddie choca manos con Harry, pero yo me sorprendo al notar que no tiene tatuajes, al menos no que yo pueda ver.
—¿Tú eres el tatuador? —inquiero, y tomo una silla para sentarme junto a Harry.
Eddie me mira mientras se pone unos guantes y esteriliza la aguja, el castaño ni se inmuta, es como si aquello fuese habitual para él. Me sorprende que haga estas cosas porque luce como un chico nerd preocupado por sus buenas notas.
—Sí, seguro te estás preguntando porque no llevo tatuajes y en realidad no me gustan.
—¿Y entonces por qué, sino te gustan, trabajas haciéndoselos a los demás?
—Bueno, no sólo de pan vive el hombre, ¿no? Y es difícil conseguir un trabajo cuando no tienes título universitario.
Pienso en que yo estoy en la misma posición y sólo asiento con la cabeza mientras él habla con Harry sobre cosas banales. Mi curiosidad florece cuando Harry saca su celular y le muestra una fotografía del tatuaje que quiere hacerse ahora.
—¿Dónde esta vez, hermano? —Eddie le pregunta y yo observo con atención.
—Cerca de la entrepierna.
Abro los ojos y lo miro como si estuviera loco. —¿Vas a tatuarte un maldito lobo en la polla?
Harry ríe y niega con la cabeza, acariciando mi pierna. —No, imbécil. No voy a tatuarme la jodida polla, dije cerca de la entrepierna.
—Estás loco, iré preparando tu funeral.
Harry entonces me pide que le hable para que así pueda ignorar el dolor, y mientras hace comentarios lascivos, trato de no mirar la piel expuesta de sus muslos y me pregunto sino se incomodará de que Eddie esté prácticamente rozándole la entrepierna, aunque no es como si él pudiera evitar hacerlo, tampoco.
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Wolves.
Fanfiction❝... a mitad de la noche cuando los lobos salen, se dirigen a tu corazón como una bala en la oscuridad...❞ cover: LoeBiebs