[6] Sospechas y una cita.

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Voten y comenten (:

Luego de haber hablado con Michael por al menos media hora, Harry prácticamente me echó de su casa alegando que se había cansado y que dejaríamos las prácticas de disparo para el fin de semana, lo cual en una parte, le agradecía infinitamente.

Para entonces ya me había olvidado del incidente de la llamada y decidí preguntarle a Michael cómo había conseguido mi número esta noche. No me parecía sospechoso, pero tampoco era un acto super normal, es decir, definitivamente yo no se lo había proporcionado, y si el tipo era algún tipo de stalker, creo que lo mantendría alejado por más que me costara. Lo gracioso era que realmente no me había respondido, de alguna forma, había logrado evadir exitosamente mi pregunta con un simple "tengo mis métodos", para luego distraerme con uno de sus comentarios suspicaz que lograron que olvidara lo que realmente me interesaba saber.

El día siguiente estoy sentada en mi sofá como cosa rara, haciéndo la pedicura a mi gata por aburrimiento, aunque a ella no parece gustarle mucho. Soy amante de los animales vanidosos, Olivia apenas si deja que le ponga un collar, pero siempre he querido comprarle ropa y volverla toda una mascota de la realeza. Y quizá sea por el hecho de que es de la misma raza que la de Mía, la protagonista de Diario de una Princesa.

El hecho de que mi teléfono tiene la pantalla rota me frustra, razón por la cual esta mañana terminó besando la pared cuando en un arrebato de rabia, lo lancé. Lo peor era que había sobrevivido, y al parecer la vida estaba empezando a darme segundas oportunidades, porque de haberlo estropeado de más, no tendría dinero para conseguir otro, a menos que, claro, robara, lo cual por el momento no planeaba hacer.

Ruth y Liam habían regresado de su viaje esta mañana y al parecer las cosas no estuvieron muy bien, todo el grupo había tenido una reunión a la cual yo no había sido invitada por el hecho de que dos odiosas personitas habían alegado que yo no tenía ni el más mínimo derecho en escuchar lo que pasaba. Comprendía en cierta manera a Zayn y a Louis, pero también eran unos completos bipolares, había pensado que al menos Louis había decidido darme una oportunidad al aceptar mi trato, pero ayer en la casa de Harry descubrí que sólo lo había hecho por conseguir el placer de verme fallar. Pero lástima por él, porque yo estaba empeñada en callarle la boca con tirrro, o con la suela de mi bota, por ejemplo...

Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando escucho un golpe en la puerta, me levanto para ver quién jode porque verdaderamente no se me ocurre quién se interesaría en visitarme un viernes. A menos qué... No, hoy en la noche es mi cita con Michael, por lo que descarto completamente que sea él.

Mi pequeña paranoia desaparece en cuánto abro la puerta y veo a una Ruth sonriente frente a mí; por primera vez la veo con el cabello suelto, y no paso desapercibida la forma en la que está vestida, normalmente tendría pantalones ajustados acompañados de una chaqueta de cuero, pero esta vez decidió aparecerse más casual y moderna, utilizando en lugar de la chaqueta un crop-top que deja a la vista su abdomen marcado, el cual hace que llore internamente la grasa acumulada en mi cintura y estómago. Maldita comida chatarra.

Ruth es una chica hermosa, pero esta vez su belleza resalta mucho más por el repentino cambio de look que se ha impuesto. Me pregunto porque será, y aunque trato de evitar pensar en cierto castaño ojiazul, se me viene a la cabeza inmediatamente.

Sacudo la cabeza dejando de un lado mis suposiciones, porque en realidad, cuando una mujer se arregla, debería al menos hacerlo para ella misma, y no para alguien más. Pero esto es muy raro, especialmente sabiendo que las cosas en su viaje no fueron como esperado.

—Hey —me saluda con un tono mucho más animado que el normal, evito entornar los ojos ante tal acción y fuerzo una sonrisa en mis labios.

—Hey, ¿Cómo estás? —hablo normal y abro la puerta como señal de hacerla pasar completamente a mi sala de estar.

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