Capítulo 21

3K 289 67
                                    

Tres días habían pasado ya desde el "incidente" de Guillermo con las drogas y su relación con sus amigos no había sido la misma desde entonces. No sabía si quizás era él quien se sentía culpable por haberles arruinado aquella noche por una de sus estupideces o si realmente ellos estaban actuando de forma extraña. Todo se sentía diferente estando con ellos, ahora cuando él enviaba un mensaje no se respondían de forma burlona, sino que eran bastante bordes y hasta incluso ofensivos en algunos casos. Claro, si es que le respondían. Ahora le daba hasta algo de pena hablar frente a ellos y la mayoría de las veces prefería sólo callar antes que hacer algún comentario al cual ellos podrían responder de una forma negativa. Todo se estaba yendo a la mierda. O al menos eso creía él.

Quería hablar con alguien sobre eso, y no podía habarlo con ninguno de sus amigos porque lo tacharían de loco y dirían que "todo está bien", diciendo que no fue la gran cosa, que todos estaban cansados y algo borrachos ese día. Pero no era del todo así, cada palabra dicha por Rubén, Mangel y Alex era realmente lo que sentían. No podían engañar al pelinegro con eso. ¿Lana? Podría hablar con ella, claro que sí, confiaba demasiado en esa chica, pero últimamente se la pasaba con su compañero de equipo... ¿Luzu? No recordaba el nombre, y tampoco le importaba del todo. Y mucho menos al recordar de quién era amigo. Aunque tal vez ya no le encontrara una razón "lógica" a su odio hacia Samuel, él lo seguía odiando. Si bien le había parecido muy... simpático de su parte enviar aquellos mensajes, aún seguía con aquel rencor en el pecho y no le sería fácil de olvidar. Era algo contradictorio, pero así era como se sentía y pareciera que jamás cambiaría de opinión.

Él estaba allí, recostado en su cama, reprochándose una y otra vez lo mal amigo que era y el cómo había sido capaz de arruinar una noche que —supuestamente —sería sólo para despejar su mente de tantos problemas... había suspirado unas quince veces en menos de cinco minutos y echado una mirada a su móvil unas treinta, esperando algún mensaje de sus amigos que dijera un "te perdonamos por ser la basura que eres, de igual modo te queremos." Bien, no tan así, pero algo por el estilo. Y lo único que había recibido en horas era un mensaje de la empresa del móvil anunciando alguna promoción que en ese momento no le interesaba en lo más mínimo. Y, siendo sinceros, no sólo miraba su bandeja de mensajes para corroborar que alguno de sus amigos haya recordado que él existiera, sino que también era para releer aquel último mensaje en el que alguien se preocupaba por él. Siendo exactos, se la pasaba leyendo una y otra vez el mensaje de Samuel. Se sentía un completo idiota haciéndolo, y una colegiala enamorada. Pero él no estaba enamorado. Claro que ¿no?...¿Qué diablos hacía cuestionándose aquello? ¡Claro que no! Samuel era pasado y al pasado pisado, dicen. Suspiró nuevamente y se giró sobre sí para quedar de costado, ahora observando su mesa de noche como si fuera lo más interesante del universo. Era Lunes, había faltado a la universidad con la estúpida excusa del "no me siento del todo bien" y estaba encerrado en su habitación, sin nada que hacer, aparentemente sin amigos, con mensajes que no quería responder desde hace tres días y tan aburrido que podría morir...

Decidió dejar el orgullo y el dolor de lado y responder a sus mensajes... tal vez así su aburrimiento desapareciera...

<Para: De Luque.

<Para: De Luque

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Diez Años Después.  [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora