Se encontraba ya a unas pocas calles de la universidad, sumergido en sus propios pensamientos, con una pequeña amargura creciendo dentro de él ¿Dónde estaban ellos? Para nada le extrañaría que se hubiesen hartado de su estúpida actitud que incluso él mismo comenzaba a odiar pero no podía controlar, ni siquiera les hubiera reprochado absolutamente nada. No tenía el derecho. Aunque en el fondo deseaba estar más que equivocado, una parte de él no podía siquiera pensar en que sus amigos tal vez le hayan soltado la mano y que ahora realmente tendría que estar solo. No podía y no quería.Suspiró nuevamente, ese día parecía hecho para eso. Suspirar. Suspirar porque se sentía solo, suspirar porque pensaba –no tan erradamente –que sus amigos lo dejarían tirado por siempre. Incluso por el extraño comportamiento de su madre por la mañana, como si tuviera algo que decirle pero sin decirlo, por Alex –no, no en plan suspiro de enamorado –porque su madre había tenido que sacarlo de casa por su culpa. Suspiró como si así pudiera sacar lo que tenía dentro de él y no sabía –o no podía –expresarlo con palabras. Y suspiró nuevamente por un amor que, según él, era imposible.
Siendo sinceros (y ya que había regresado a sus vicios) lo único que Guillermo estaba deseando con toda su alma –además de poder volver el tiempo atrás –era que llegara por fin la, tan mencionada por todos, fiesta de los de... ¿tercer año le había dicho Alex? Ni siquiera recordaba de quién diablos era la fiesta, lo único que sabía era que allí habría alcohol por montones. Y aquello era lo único que quería en esos instantes, volver a emborracharse como si no hubiera una mañana siguiente en la cual despertar con la peor resaca que hubiera imaginado. Y quién sabe, tal vez probar cosas nuevas además del alcohol y el cigarrillo.
Una vez entró a la universidad pudo ver que sus amigos ya habían llegado, era inusual en ellos estar tan temprano en cualquier sitio. Le pareció extraño, pero prefirió no hacer ningún comentario que pudiera ofenderlos o que les resultara fuera de lugar por su parte. Así es, Guillermo Díaz cuidando sus palabras luego de diez años ¿Quién lo diría?
–Hola. –dijo al llegar a ellos, con una voz un tanto... ¿tímida? Sí, tal vez tímida era una buena forma de describir aquel tono de voz que –ellos recordaban –nunca habían oído hablar a su amigo. Detuvieron su charla para observarlo.
La verdad era que Rubén –o Rubius, como se le había dado a Mangel por decirle nuevamente –se sentía culpable por no haber ido a la casa de Guille a molestarle, a despertarlo, como lo habían hecho a diario casi desde el día en que se conocieron, pero tal vez, sólo tal vez, Mangel tuviera razón. Quizás era tiempo de hacerle ver a su amigo todo lo que habían hecho por él, todo lo que se habían esforzado por mantenerle alegre o simplemente que se olvide del idiota de Samuel por unos minutos, a pesar de hacerlo enojar. Y si bien se sabía perfectamente que a nadie le gustaría ser despertado así, o que recibirían mil y un insultos por parte de su amigo, sentían que en cierto punto lo ayudaba. Pero hasta el más bueno tiene un límite, y ellos lo habían alcanzado. ¿Quería que lo despertaran con gritos? Que él se lo buscara. ¿Quería las peleas estúpidas que tenían Mangel y él? Que él las iniciara. ¿Pretendía volver a sus vicios estúpidos y tratarlos incluso peor? Pues que se busque otros tontos que lo soporte, porque ellos no lo harían nuevamente.
Pero lo que ellos no sabían, era que Guillermo en serio apreciaba todo lo que hacían por él y, en parte, aquello era lo que lo mantenía a raya de todo. Incluso por ellos había dejado de fumar y de tomar tanto alcohol que podrían emborrachar a toda una tripulación. Por ellos, como agradecimiento, Guillermo había luchado por cambiar todo eso. Si, Alex ayudó mucho, y no, no se notó que lo hacía por ellos, pero así era. Y está bien, aquella no era la forma hecha y derecha de agradecerle a tus amigos que no te hayan dejado hundirte como el puto Titanic, pero fue la forma "correcta" que encontró él, y le pareció que sería suficiente. Su máscara y su orgullo no le permitirían mostrar más que eso.
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Diez Años Después. [Wigetta]
FanficSamuel y Guillermo se conocieron durante su infancia, se convirtieron en grandes amigos y hasta en algo más que eso... pero por cuestiones que ellos no entienden y que el destino escribió, tuvieron que separarse. ¿Qué pasaría si ellos volvieran a en...