Diez Años Después. [Wigetta]

Capítulo 1

Guillermo nuevamente se despertaba con la imagen de Samuel apartándose de su vida aquel día en su infancia, así había sido desde ese entonces: llorar como condenado por las noches y cuando finalmente podía dormir, soñaba una y mil maneras de perder a Samuel otra vez. Así era desde hace ya diez años, si bien su madre los primeros dos años intentó de todo para poder ayudarlo, como hablando con él, intentando que haga nuevos amigos e incluso requirió de ayuda psicológica, nada había cambiado en la mente del menor. Aquella horrible imagen de su mejor amigo, y algo más, subiendo a ese camión de mudanzas mientras soltaba sollozos fue algo que Guillermo jamás superará. O al menos eso cree.

Él recuerda la promesa que hizo la madre de Samuel, "encontraré una forma de hacer que sigas en contacto con él" pero al parecer eso no fue verdad, sólo fue una mentira barata y cruel que utilizó esa mujer para lograr que su hijo finalmente se alejara de él y así poder llevárselo lejos de sus brazos... incluso hasta el día de hoy extraña a su amigo, su compañero de travesuras, su Samuel. Con el correr de los años comprendió que lo que sentía el pequeño él de 10 años era lo que hoy reconocía como "amor" y el sólo saberlo hacía que todo doliera dos veces más. Luego de la partida, Guillermo había tomado el valor, aunque no sabía si en realidad lo que sentía era malo, de hablar con su madre.

-Flashback-

Semanas después de que Samuel se fuera, Guillermo no había salido de su habitación para nada, se la pasaba llorando y gritando el nombre de su mejor amigo a todo pulmón como si con aquello pudiera hacer que él regresara. En un momento de "tranquilidad" en el que logró contener sus lágrimas y sus gritos desgarrados, comenzó a pensar en si confesarle a su madre que en realidad le habían quitado algo más que a su mejor amigo, también le quitaron a la primera persona que realmente quiso como más que amigos...

El pequeño salió de su habitación y se acercó lentamente a su madre.

–¿mamá? –habló éste y ella se sobresaltó y alegró de que su niño haya salido de su cuarto. No importa la razón, tuvo la iniciativa de salir de allí.

–Dime cielo. –dijo temiendo en decir algo que hiciera que su pequeño volviera a encerrarse en sí mismo.

–¿Está mal que a un niño le guste otro? –preguntó jugando con su playera. Su madre se quedó sorprendida ante aquello.

–No, en realidad pienso que no existe ni edad ni género para amar a alguien. –le sonrió y nuevas lágrimas aparecieron en el rostro del pequeño. -¿Por qué lo preguntas? –le sonrió.

–Porque a mí me gusta Samuel. –dijo llorando. –y a él le gusto. –sollozó. -¿Está mal? ¿Por qué no podemos estar juntos entonces? –corrió hacia los brazos de su madre y ésta lo apretó fuertemente contra ella, confortando a su hijo.

–Por supuesto que no está mal, cariño. –besó su cabello. –es sólo que a veces el destino tiene planes distintos de los que nosotros deseamos...

-Fin del flashback.-

Una lágrima rodó por la mejilla de Guillermo al recordar ese momento. La verdad es que ya estaba harto de la vida que llevaba, todo se resumía a fingir ser feliz fuera de su casa, volver y ser el amargado que había sido durante diez años, recordando a Samuel cada maldito día de su existencia, y lo que más le molestaba es que estaba completamente seguro de que Samuel ya lo había olvidado por completo.