Let's be... ¿?

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Aroma a shampoo.
-¿Acabas de salir, Patrick?.
-Sí... ¿Cómo lo...
Interrumpí.
-Por dios, sé que estás sonriendo justo ahora, detrás de mí, secándote el cabello.
-A veces eres aterradora ¿sabes?.
-Ha.
Arrojó la toalla al sofá.
-Sólo lo suficiente cómo para adivinarte completo.
-¿Ya cenaste?.
-Sí, ¿y tú?.
-Ya.
-¿Caminamos?
-Sí.

Metió la cabeza a la luz del umbral.

-Andy, lánzame una linterna.
-Ahí va.
Una buena atrapada.
-Ya volvemos.
-Okay.

Nos dirigimos al área de pinos del lugar, con la mano de Patrick marcando la luz nos adentramos.

-¿Estás felíz?.
-¿Por qué lo preguntas?.
-Porque estamos huyendo.
Mis ojos se expandieron.
-¿En serio?.
-Sí -dijo en una pequela carcajada, sacando una mía también-.
-Son pocos los que me toman por sorpresa ¿sabes?.
-Y eso me encanta.
Un cálido silencio nos abrigó, la noche era fría.
Habíamos dejado la cabaña muy atrás.
-Éste parece un buen lugar para sentarnos. Ven. -Me llamó sacudiendo una caja de fósforos y juntando ramas secas mientras yo rodaba un tronco talado para sentarnos-.
-¿Te ayudo? -Me ofrecí unos segundos antes de que la flama se avivara por completo-.
Sin decir nada ninguno, nos sentamos y me recargué en él.
-Gracias por mantenerme viva, Patrick.
Él sólo recargó su cabeza en la mía.
-Es un placer hacer latir tu corazón.
-¿Me cantas algo?...
-I've got those jet pack blues...

Su voz siguió fluyendo en una de mis canciones preferidas.

-I remember baby, come home...

Era especial, y no me sentía sola... Por segunda vez, desde que conocí a Kaori, dejé de sentirme sola... Es cómo renovar el amor que alguien una vez pudo darme.
Por segunda vez en mucho tiempo... Me sentía con ganas de vivir.

No quiero regresar.

-No podemos quedarnos.
-Así que así de aterrador se siente que te adivinen... -Dije en una media sonrisa-.
-Hm. De cualquier manera no puedes irte de casa.
-Siempre he querido hacerlo.
-Pero... ¿Y tu familia?.
-Realmente no me pesa dejarla atrás. Disculpa la crudeza de mis palabras.
-No tienes de qué disculparte, estás herida, si tú fuiste la víctima no tienes por qué pedir perdón. Todos sangramos, pero no siempre queremos hacerlo, sólo ocupamos a alguien que pueda vendarnos correctamente.
En cada una de sus palabras había razón, había la verdad que yo nunca he podido expulsar con palabras de mi cabeza. ¿Había razón para dudar que él era parte mía?.

El tiempo pasó en otras canciones que se puso a cantarme.
Unas ramas crujieron.

-One night, yeah the One more...¿Estás rompiendo ramitas?
-No, creí que tu lo hacías.
-Mierda.
-Mierda.
Nos miramos y vimos al peludo animal salir de la penumbra con un par de amigos más.
-Ése lobo va a tragarnos, Patrick, va a comernos, vamos a moriiiir -Chillé enterrando mis uñas en su espalda-.
-Tranquila mujer, voy a apagar la fogata, vamos a levantarnos poco a poco, cuando yo te diga...
Apagó la fogata con tierra y levantó lento un leño con llamas.
-Muévete lento conmigo.
-Okay.

Despegamos nuestros trasteros del tronco mientras Patrick apuntaba a los animales con el leño en llamas y retrocedíamos por el mismo camino por el que llegamos.

-Muy bien, ahora... ¡CORRE!
-¡Aaaaah!...
Corrimos cómo nunca en nuestras vidas podría jurar. Los malditos animales nos venían siguiendo.
-¡Patrick, nos van a comeeer!
-¡Con una mierda, que no, CORRE!
-¡Aaahahaha!... ¡Paaatriiiick!...

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-¿Escucharon eso?.
-Suena a... Lía.
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-¡¡Peeeteer, abre la puertaaa!!
-¿Huh?...

Pete abrió lentamente la puerta, Patrick arrojó el leño a los lobos y azotamos la puerta después de arrollar a Pete y escuchar a los animales chillar, quizá la fuerza desmedida de ese instante, provocó que Patrick quemara a alguno de nuestro depredadores.

-Pero ¿qué?... Mierda, Patrick quítate de encima.

Me toqué completita comprobando que no me faltara ninguna extremidad y Patrick y yo nos miramos y nos abrazamos riéndonos como todos unos completos enfermos mentales.

-¡Ah, Patrick estamos vivos!.
Me besó.

-¿Qué carajos les pasó?.
-Los lobos...
-Nos querían...
-TRAGAR VIVOS -Contestamos con el poco aliento que nos quedaba-.
-Entoces ya saben las consecuencias de intentar escapar por la NOCHE... en un BOSQUE -regañó Kaori-.
Ambos asentimos.

Nos tiramos en el sofá mientras Andy nos acercaba un par de vasos con agua templada.

-Gracias.
-Gracias.

-"Sí Pete, gracias por abrirnos la puerta y salvarnos de ser tragados por los lobos, lo sentimos por haberte arrollado en nuestro ataque pánico"-Reprendió Pete ridiculizando nuestras voces, lo que lo hizo divertido-.
-Jajajaja pobre Pete -se burló Joe desde la reducida cocina-.

Nos miramos.
-Lo sentimos.
-Lo sentimos.
-De nada -se cruzó de brazos el moreno "aún indignado"-.
-Duchénse otra vez, que ambos están ahogados en sudor -pidió Kaori-.
Nos dirigíamos a la ducha cuando:
-Ap ap ap ap, son dos duchas, tú allá y tú allá -apuntó a lados opuestos-.

Al salir todos se encontraban completamente dormidos en el sofá, viendo una película seguramente, dejaron la TV prendida, y los cubrimos con una manta lo suficientemente grande y gruesa para los cuatro. Fue entonces cuando nos escabullimos hasta una habitación los dos juntos, solos.

Se dió vuelta hacia mí y a oscuras encontró mis escondidos ojos. Se acercó sutilmente hasta besarme y susurrarme cuidadosamente:
-Te amo.

Let's Be Alone TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora