-¡Buenas mañanas, mañanas buenas! señorita Lía, saldremos a comer Londres el día de hoy.
-Con ese optimismo y ese anfitrión cualquiera diría que sí Mr. Joe, ¡Por supuesto!.
Nos enganchamos de los brazos de una manera divertida y nos fuimos dando sancadas, pero ni de chiste alcanzaba las suyas.Habíamos decidido caminar por las calles del bello lugar que nos acogió en sus frescos vientos. Qué irónico.
En el camino:
-Y dígame señorita, ¿todo bien?, ¿no le falta nada?.
-Hasta ahora no gracias, puedes dejar el "señorita" a un lado.
-Como tú digas Lía, tú mandas.
-No me des el poder o habrá apocalipsis. -Me quedé callada- pero dime... ¿Por hoy nada más?. -Pregunté en tono negociador-.
-Te propongo algo.
-Adelante...
-En el momento en el que nos volvamos a encontrar, yo seguiré a tus órdenes. -ofreció haciendo una agraciada reverencia- sólo... no te excedas ¿quieres? - Me guiñó el ojo desde su posición inclinada.
-No podría excederme con un caballero.Comimos algo delicioso y recorrimos varias plazas mientras me hacía reír con sus chistes (muy buenos por cierto) hasta llorar.
-¿que hicieron la otra noche después de que nos fumos Andy y yo?
-Ah...
Toda la escena se me vino a la cabeza, sí, cómo en las películas; los labios de Patrick (qué labios), sus manos tocándome, sus músculos estrujándome, su pierna en aquél lugar entre las mías, su mirada tan destilante de calma, y su confianza en aquél momento. De repente, temí que también lo supiera todo, y yo de idiota me había quedado cómo piedra ante su pregunta. ¡Vámos Lía responde!.
-Ah...
-¿Lía?.
-L-lo siento intentaba recordando,Pero... No, no hubo nada, sólo jugamos cartas un poco y nos fuimos.
Bien.
-Cool.
Luego del tenso momento y otro recorrido, con mis pies ardiendo y mis músculos atropellados, de nuevo llegué a dormir. Ni siquiera Kaori intentó despertarme para cenar.
Estaba molida, valla caminata.
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Let's Be Alone Together
Hayran Kurgu¿Te gustaría estar juntos... a solas? le susurró al oído lo que resonaba en su cabeza todas las noches, cuando cerraba los ojos, lo que tanto había soñado escuchar. Deja que Lía te cuente.