Cita de Muerte

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El gran día donde yo por primera vez saldré con un chico, estaba algo nerviosa , a la mañana fui con mi madre a la peluquería donde me ondularon varios mechones y me pusieron unas mechas azul noche, ya de paso para ser yo me puse unas plumas en el flequillo de lado de color turquesa, morado y dorado, cuando llegue a casa encontré a Alexis charlando animadamente con León donde el no podía reprimir una sonrisa en su cara de rasgos perfectos. Me miro con cara rara cuando pase pero yo los ignore para que siguieran lo suyo, fui hasta mi habitación donde pase las siguientes horas algo nerviosa, eufórica y arrepentimiento.

Ya por las cinco y media empecé a prepararme me di una ducha de medio cuerpo, me vestí con un precioso vestido negro corto que donde en la cintura llevaba una cinta plateada con palabra de honor. Me maquille con unos tonos algo oscuros, rimen en las pestañas, ojos maquillados de plateado, unos labios rosa palo y colorete en las mejillas de tono anaranjado que no se notaba mucho, me puse unas medias transparentes y para terminar unos tacones plateados preciosos, ya sabía andar en tacones en alguna fiesta de mi padre lleve algo parecido pero en azul noche, baje hasta abajo con un bolso pequeño que me colgaba de un hombro. Vi esperar abajo a Yenay donde me vio un poco de lejos como iba , este quedo bastante sorprendido por el cambio.

[ punto de vista de Yenay ]

Cuando llegue a la casa de Iblis donde ya iba bien vestido con un traje blanco con una corbata que no apretaba para nada el cuello de color grisáceo, me abrió con gusto la madre de Iblis que al parecer la conocía mi madre no la verdadera sino la adoptiva de mi tía, estaba hablando con la madre y cuando oí resonar los tacones de alguien fije a las escaleras donde bajaba Iblis con un vestido corto de palabra de honor de color negro con una cinta plateada, estaba hermosa cuando la vi su pelo lacio ya no era lacio estaba ondulado ahora con unas mechas azul noche y para ser más ella se puso en su flequillo de lado unas plumas de colores una turquesa, otra morada y una dorada, estaba fabulosa para ser nuestra primera cita. Me quedé impresionado al ver su nuevo aspecto.

- pasarlo bien.- dijo su madre sacandonos una foto en la entrada.

Se montó en el lado del copiloto y se podía ver sus piernas depiladas perfectas. Estuvimos todo el viajecito para ir a mi casa fue silencioso, nadie hablo, ella se le notaba lo nerviosa que estaba y yo aunque ya estaba acostumbrado por ya tener bastante citas que no me agradaban, ya cuando llegamos le abrí la puerta y salió como una actriz, le cogí del brazo y marchamos a la entrada de la casa, abrí y nos adentramos a la casa donde en el jardín había música más personalizada de los invitados.

[ punto de vista de Iblis ]

La casa era bonita pero ese estilo moderno que tiene la casa no combinaba con los muebles que tenían, pasamos a una sala donde había personas de años más altos que los nuestros, Yenay se dirigió a la salida donde seguramente estaría el jardín donde los chicos de nuestra adolescencia estarían bailando o haciendo algun que otro mini concurso. Yo seguía al lado suyo con mis pensamientos al aire, cuando ya llegámos al jardín me sorprendió que los chicos no estuviesen bailando o algun mini concurso sino estaban cenando tranquilamente en mesas redondas con otros invitados, la forma incómoda que me empezó sentirme dentro de mi sería la repugnancia de que me daban. Yenay me guío hasta llegar a una mesa donde había unos cuantos chicos y chicas, los saludo con mucha gana y dejándome un momento de lado donde volvió para dirigirse a mi y cogerme apresuradamente la mano para marchar, cogió una cesta que seguramente contenía comida y marchar a la entrada con una forma casi corriendo pensando que una chica en tacones no podría correr. Volvimos al coche jadeantes por la mini corrida que dimos, me monto en el copiloto y espere dentro hasta que el también se metió.

- ¿ Donde me piensas llevarme con esa cesta ?- le pregunté señalando la cesta que tenía en mi regazo.

- Voy a llevarte a un sitio donde yo me sentía libre. - me dijo y empezó arrancar el coche y marchar a ese lugar que no conocía.

Llegamos a un lugar donde me pareció hermoso un lago donde se veía la otra orilla sobre un muelle, la verde hierba que crecía, las amapolas preciosas que abundaban por su color rojo que me pareció carmesí.

Nos sentamos al final del muelle donde casi alcanzaba rozar mis tacones el agua, por fin que a mama se le ocurrio que me llevaría a un lago y que me comprase un bikini sin tirantes que me podría quitar el vestido y las medias transparentes y lanzarme al agua, sacó un mantel de la cesta que acabe poniéndola yo y el poniendo la comida sobre el medio de nosotros y debajo de ella el mantel.

Comíamos y hablábamos de ciertas cosas que me resultaban a mi que hablará con él, al de un momento me sentí observada luego desapareció el sentimiento y volvió. Mire hacia atrás y ni había nadie, después me quite los tacones por si acaso aquella cosa observadora me atacase y yo no pudiese pelear, seguí hablando con Yenay hasta que note que el se metió al agua ya con los pantalones y camisa, chaqueta y corbata quitados que yo no note que se lo había quitado, el me hacía gestos que el agua estaba bien y que mi madre le había dicho que me había puesto el bañador por si me llevaba algun sitio que había una piscina o algo.

Yo con todo que puede le dije que no y que nadara sólo y así lo hizo, puse en marcha mis sentidos por si ese ser atacaba y yo con la guardia baja, Yenay volvió conmigo y se secó y se puso la ropa yo no me ruborice en absoluto cuando le vi cambiarse delante de mi, recogimos todo y el llevo la cesta esta vez, era un lugar hermoso, pero cierta cosa observadora atacó al momento y yo con agilidad para esquivar, vi el rostro de Carolina, Yenay me cogió porque di un traspié y perdí el equilibrio, este miro a Carolina con expresión de que le sonará su cara. Sin más dije las palabras que dije.

- Estabas muerta, ,¿ Como que estas viva ? - dije y Yenay siguió sujetandome mi cuerpo sin peso.

- Sorprendete preciosa pero soy una angel de la muerte y tu Morte serás borrada.- dijo con una sonrisa envenenada.

Sacó un arma que era una guadaña la solía usar cuando quería pero esta vez saque unas armas raras que no conocía nadie has armas de media luna con una fina hoja que podía cortar el cuello en un solo movimiento, Yenay estaba sorprendido de que tenía entre la manos y también por la aparición de Carolina.

Empezamos así una pelea sangrienta donde ella tenía más heridas y yo simplemente sin ningún rasguño, Yenay quedó absorto por todo lo que estaba pasando hasta que sin pensarlo dos veces Carolina mató a Yenay y yo me quedé ahí y ella desapareció.

Le puse en mi regazo y no se porque empecé a llorar mis lágrimas salían y no hacía nada. Me quedé ahí un rato mirando su cuerpo sin vida ahora que no desaparecía, debí a verlo protegido en vez de dejarlo ahí sin pensar en él.

La angel de la muerte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora