Huida / Escape

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Christina: ¿¡Cómo puedes estar tan tranquila!? –dijo haciendo que Poche casi escupiera su sándwich, la mañana siguiente en la cafetería, mientras se acercaba a su mesa apresurada -¿cómo puedes estar ahí sentada?

Poche: Es más cómodo que comer de pie.

Christina puso los ojos en blanco.

Christina: Estoy hablando en serio, ¿tienes todo bien planeado?

Poche: Tan bien planeado como puede estar algo que cree a las 3 de la mañana durante una crisis de desesperación.

Christina: Eso no es tranquilizador.

Poche: No, pero es la verdad –terminó su sándwich y se puso de pie –iré a hablar con ella

Christina: ¿¡Qué!? ¿Aun no le has dicho?

Poché: Si se lo digo no estará de acuerdo. La tomaré por sorpresa cuando le sea imposible decir que no. Presta atención a tu celular, te enviaré mensajes si algo ocurre.

Sin esperar respuesta, salió de la cafetería en busca de Calle. Sabía donde encontrarla.

Empujó la puerta del baño y ahí estaba.

Poché: Voy a hacer de cuenta que no se que acabas de vomitar lo que comiste en la cafetería. Tengo que preguntarte algo, ¿a qué hora tu casa está completamente vacia?

Calle: Yo también necesito hablar contigo.

Poché: Yo pregunté primero.

Calle: No me digas, ángel de la guarda.

Poché se tensó sorprendida. Y Calle se cruzó de brazos delante de ella, como esperando una explicación.

Poché: ¿Le cuentas secretos a esa pequeña? Porque no deberías hacerlo, es muy mala guardando secretos.

Calle puso los ojos en blanco.

Calle: ¿Qué estabas haciendo en mi casa?

Q: Buscando las respuestas que te niegas a darme. No te preocupes, no te culpo. Yo tampoco me iría si estoy consciente de que al marcharme la que sigue en la lista es mi hermana menor.

Calle sintió como las lagrimas comenzaban a aparecer, y se obligó a mantenerlas dentro de sus ojos.

Poché: Contesta mi pregunta.

Calle se tomó algunos segundos antes de contestar, como si aun le costara trabajo confiar en Poché.

Calle: De 4 a 5 de la tarde. Mi hermana está en la escuela, mi papá en el bar, y mi madre trabaja. Sólo estoy yo en la casa.

Poché: Genial –dijo sonriendo –estaré en tu casa a esa hora, deja las puertas abiertas.

A Calle le resultó imposible no decir lo que se escapó de entre sus labios.

Calle: ¿Para qué? ¿Haremos algo indebido y no quieres a mis padres cerca?

Poché se quedó inmóvil, con una sonrisa picara atravesando sus labios. Calle, en cambio, se sintió completamente estúpida por el comentario.

Poché: Es para otra cosa. Si quisiera hacer eso, lo haría cuando yo quiera.

***

-"Te dije que dejaras la puta puerta abierta. Baja tu trasero y ábreme" –cuando terminó de escribir presiono violentamente el botón de enviar.

Christina: ¿No crees que eso es algo violento? –preguntó asomándose por sobre el hombro de la morocha para ver la pantalla de su celular.

Antes de que pudiera contestar, la puerta se abrió, dejando ver a una muy adormilada Calle.

Towards LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora