Elena: ¿Juntaste todas las cosas? -le preguntó a Calle asomándose por la puerta de la habitación.
Calle: Ya casi, sólo un minuto.
Elena: De acuerdo, iré a buscar un par de cafés -dijo mientras se alejaba del lugar con sus ojos ojerosos.
Calle juntó la ropa de Poché y la metió en el bolso en que la habían traído. Cuando terminó de guardar todas las cosas, la habitación quedó sin rastros de que alguna vez María José Garzón y ella habían estado ahí.
"Nadie creería que alguien estuvo aquí" -pensó "Así debe ser después de que mueres"
Tomó su libro y se recostó en la cama para leer, sin poder evitar que sus ojos se llenaran de lagrimas cuando se acercó a la almohada y sintió el perfume de Poché impregnado en ella.
Abrió el libro cuando una hoja doblada salió del interior.
Calle la abrió intrigada, y cuando vio la letra de Poché su corazón se aceleró por completo.
"Daniela, amor de mi vida. Lamento que esta sea nuestra despedida, me habría gustado que fuera diferente, pero todos aquí están más preocupados por mi sobrevivencia que por mi vida, por como me siento emocional y fisicamente.
No te lo dije, pero anoche el doctor vino a hablarme, y me dijo cuales son las posibilidades de supervivencia que tengo para la cirugía. No te diré los números que me dio, porque no son nada lindos, lo único que te diré es que no lo lograré. Se que moriré en la mesa de operaciones.
Si estás leyendo esto, ya sea en el hospital, o en tu casa (ruego a Dios que no sea en tu casa, no quiero que vuelvas ahí) o si estás leyendo esto 20 años después porque nunca volviste a retomar ese libro (realmente espero que retomes el libro), sea como sea, significa que ya he muerto.
Lo primero que quiero pedirte es que, en el caso de que sobreviva a la cirugía cerebral, si algo sale mal y quedo como un vegetal o lo que sea, por favor no dejes que mi madre tome decisiones innecesarias para extender mi vida. Prefiero morir así, de pie, completa. Aunque bien se que no lo lograré, no saldré de la sala de operaciones con vida.
Te escribo esto mientras veo la noche desde la ventana, me gustan las noches, porque puedes ver las estrellas. Me gustaría despertarte para que las veamos juntas, pero te ves muy bella durmiendo. ¿Sabes? Podría pasarme horas y horas viéndote. Apuesto a que no eres consiente de lo hermosa que eres. Me gustaría haber podido vivir mas para demostrártelo cada día de nuestras vidas.
Realmente hay tantas cosas que quiero decirte pero desgraciadamente no puedo.
Tienes que prometerme algo. Si? Bueno.
No quiero que cometas una locura cuando yo muera. No quiero que acabes con tu vida sólo porque la mía terminó. Vas a vivir, encontaras a alguien y seras muy feliz. E incluso si no encuentras a alguien, se feliz. Tú, a diferencia mía tienes el don del tiempo, no lo desperdicies. Yo moriré joven, pero tu vivirás. Y para cuando mueras, dentro de mucho tiempo, quiero que estés lista, quiero que sepas que has vivido todo lo que tenías por vivir, no te quedes con ganas de nada. Por favor prométeme que no interrumpirás tu vida!. Tienes que vivir, tener hijos y contarles nuestra historia. Como te encontré en el baño del colegio. Sobre nuestros primeros besos. La forma en que entré a tu casa. Oh, aguarda, nunca te expliqué como entré a tu casa... bueno, dejaré un apartado explicándote eso. Quiero que les narres nuestra huida con lujo de detalles, y también cuéntales todo lo que podríamos haber hecho si mi corazón y cerebro no apestaran.Pero sobre todo, mi querida, y amada Calle, quiero que me prometas que siempre te amarás a ti misma. Que te amarás tanto que el mundo admirará eso de ti. No te estoy pidiendo que seas presumida y vanidosa, te estoy pidiendo que seas indestructible. Quiero que siempre recuerdes que no hay nada malo en ti, absolutamente nada. Eres perfecta tal y como eres. Sólo que no has sido tratada de la forma en que deberías haber sido tratada.

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Towards Love
FanfictionCuenta una leyenda; que todos nacemos con un hilo rojo, invisible, atado a la persona que amaremos por siempre. Sin importar el tiempo, el lugar o la circunstancia, el hilo se podrá estirar, contraer o enredar, a donde sea que nos lleve; pero nunca...