THE GUARDIAN | PETER PEVENSIE 1 ✔ [EDITANDO]

CAPÍTULO SEIS

[ THE GUARDIAN ]

CAPÍTULO SEIS

 ❛acabarás explotando❜  

    ERA TARDE CUANDO REGRESÉ AL DORMITORIO. Tan tarde, que cuando intenté conciliar el sueño, aun sabiendo que éste me costaría, el sol ya empezaba salir. Era tan, tan tarde, y a la vez tan, tan temprano, que vi cómo Lucy y Susan se despertaban. Suspiré. La almohada había sido testigo de todos mis pensamientos, los cuales no me habían permitido ni un momento de descanso. Mi mente funcionaba como una locomotora, analizando cada sueño tenido estas semanas, cada palabra del profesor Kirke, cada... todo. Me había quedado "dormida" -digo "dormida", porque cerrar los ojos no implica dormirse- con el collar entre los dedos, y éstos tenían pequeñas marcas de los bordes de la piedra.

─¡Buenos días, Charlotte! -Lucy se lanzó contra mí, y abrí los ojos topándome con su carita de recién despierta y sus tiernos hoyuelos en las mejillas.

─Hola, Lucy -la saludé. Me estiré, alzando los brazos y tomándola desprevenida a la hora de darle un abrazo. Ésta carcajeó y se acomodó en mi pecho. Después de una tortuosa noche, aquella niña era mi mejor medicina- ¿Cómo has dormido?

─Genial, ¿y tú?

─También -mentí, las ojeras y la sonrisa sin llegar a los ojos, delatándome.

─Ya veo -dijo Susan, mirándome- Tienes mala cara.

─Estoy bien, gracias -respondí incorporándome en el colchón. Lucy se sentó a mi lado y me miró- ¿Qué tal si nos vestimos y bajamos a desayunar?

Las chicas me hicieron caso y empezamos a vestirnos. Me puse un vestido azul marino y dejé mi cabello colgar sobre mi espalda. Lucy fue la primera en salir de la habitación para ir a avisar a los chicos, lo cual hizo dejarnos solas a Susan y a mí.

─Anoche te oí llorar -rompió el silencio mientras se ponía las medias. La miré, sin embargo no dije nada, continué haciendo la cama- Yo también echo de menos a mis padres. No está tan mal vivir aquí, pero estoy deseando que termine la guerra para volver a casa.

Oh, si supiera. Por supuesto que quería volver a casa con mi padre, pero no fue eso lo que me perturbó la noche. Pero supongo que debía seguirle la corriente, pues si mencionaba algo sobre Narnia, animales parlantes y brujas inmortales, me tomarían por loca. Más loca de lo que seguro ya pensaba que estaba.

─Siento haberte despertado, entonces -dije.

─Ya estaba despierta, de todos modos -se encogió de hombros y se levantó para hacer la cama- ¿Adónde fuiste? Vi que te levantabas, pero no quise seguirte, supuse que estarías mejor estando a solas.