CAPÍTULO QUINCE

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❛lo quería cerca❜ 

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❛lo quería cerca❜ 


    A LA MAÑANA SIGUIENTE desperté con la sensación de no saber dónde me encontraba. Abrí los ojos con lentitud, luchando contra el escozor y la irritación ante el intenso sol que daba directo hacia mí. Observé la habitación a mi alrededor y me asusté al no reconocer la estancia. No recordaba cómo había ido a parar aquí ni el por qué, pero en cuanto giré a mi derecha y vi el rostro adormecido y pasivo de Peter, todos los recuerdos volvieron a mi memoria. Suspiré aliviada al darme cuenta que estaba en Narnia, concretamente en la tienda de campaña, aunque algo se removió en mi estómago al saber que la compartía con Peter.

Peter. Me incorporé sobre el colchón y peiné mis cabellos, los cuales estaban hechos una maraña de enredos. Estiré mis brazos y bostecé intentando no despertar a Peter, mas este lo hizo de todas formas. Abrió los ojos lentamente, tan despacio que casi pensé que volvería a dormirse de nuevo. La comisura de sus labios se alzó hasta quedar en una tímida sonrisa, la cual acabó contagiándome.

Parecía que el día empezaba bien.

─Hola -susurré. No supe por qué mi voz sonaba tan baja, pero lo hizo.

─Hola -me imitó. Se sentó sobre el colchón y bostezó mientras estiraba sus brazos, haciéndome sonreír. Miró la almohada que había a nuestro lado, la cual había servido como barrera para separar cada parte de la cama- ¿Cómo has dormido?

─Es la primera vez en semanas que duermo tan bien -me sinceré. Me crucé de piernas y tapé el hueco que éstas dejaban con un cojín- ¿Y tú?

─Perfectamente -respondió sin dejar de mirarme.

Y no dejaba de hacerlo. Llegué incluso a sentirme intimidada. Me pregunté cómo luciría de buena mañana. Quiero decir, justo en ese momento. Todo el mundo no es muy agraciado por las mañanas. A excepción de Peter. Él estaba realmente guapo aunque llevara el pelo revuelto y la camisa del pijama arrugada y mal colocada. En sus ojos había rastro de sueño, viéndose así más adorable. Me peiné nerviosa el cabello con rápidas manos, intentando al menos lucir lo mejor posible.

─Estás muy guapa por las mañanas.

Su comentario me había dejado sin aliento. Mi respiración se cortó como cuando recibes un balonazo en el estómago. Era la primera vez que me temblaban las piernas aun estando sentada. Era la primera vez que reaccionaba así ante un chico. Y ese chico, era Peter.

No supe cómo reaccionar ante ese comentario, por lo que sonreí y bajé la mirada intentando no delatar mi nerviosismo y enrojecimiento. Me levanté de la cama, pisando con descalzos pies el suave y alfombrado suelo. El camisón me quedaba demasiado corto, por encima de las rodillas, y a Peter eso le llamó mucho la atención, pues no dejó de mirarme las piernas en ningún momento. Él también se puso de pie, dirigiéndose a la mesa donde yacían sus armas. Me coloqué delante del espejo, justo a su lado, y empecé a recogerme el cabello en una coleta alta.

THE GUARDIAN | PETER PEVENSIE 1 ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora