CAPÍTULO DIECIOCHO

20.1K 1.6K 514
                                    

❛por fin a salvo❜ 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❛por fin a salvo❜ 


    TAL Y COMO HABÍA PEDIDO, nos pusimos en marcha justo cuando el cielo se tiñó de naranja y el sol empezaba a esconderse entre el horizonte. Aparte de Oreius, me acompañaban unos cuantos soldados más de los cuales podía estar completamente segura de que no ocasionarían ningún problema. Peter había seguido negándose al hecho de no poder ir conmigo, pero una vez más, me alteré demasiado con él y después de una pequeña discusión a la que Aslan tuvo que poner fin, desistió.

El plan era viajar hacia el campamento de Jadis, para lo cual tardaríamos unas horas hasta que se hiciera de noche. Distraer a los vigías y hacer que de alguna manera el campamento entero se alertara y se moviera hacia la zona de guerra que sería causada por Oreius y el resto mientras yo me encargaría de buscar a Edmund y llevarlo por otro camino mientras la pelea se disipaba.

─¿Todo listo? -pregunté agarrando las riendas de mi caballo. Hablaba, sí, por supuesto. Se llamaba Svenia.

─Todo listo, Su Majestad -asintió Oreius.

─Bien.

─Recordad -habló Aslan-, que no os invada la ira y la venganza, tan solo liberad a Edmund y volved tan pronto como podáis. Si podemos evitar derramar sangre, mejor.

─Eso está hecho -asentí.

─Patronus -se acercó a mí Damia- Esto es para vos.

Me bajé de Svenia, pues daba la impresión de una falsa sensación de superioridad por mi parte que no me gustaba exteriorizar. Yo no era mejor que nadie al igual que nadie era mejor que yo. Me acerqué a ella y cogí un arco. Era precioso, con detalles en plata y sorprendentemente ligero. El carcaj era de un suave terciopelo gris y las flechas similares a la materia del arco. Me lo colgué a la espalda y sonreí a Damia.

─Muchas gracias, es precioso -ella hizo una pequeña y tímida reverencia y se retiró.

Susan y Lucy estaban junto a Peter, el cual se acercó a mí y suspiró con pesadez, haciéndome poner los ojos en blanco. No quería irme estando enfadada con él, pero siempre tenía que hacer torcer las cosas.

─No empieces, Peter -le pedí cuando abrió la boca para decir algo- Todo va a salir bien, cuento con los mejores hombres.

Él alzó una ceja.

─Bueno, centauros y faunos. Lo que sea, da igual -le resté importancia- Voy a traerte a tu hermano de vuelta -miré a Susan y a Lucy que no apartaban sus ojos de mí- Os lo traeré, prometo lo que cumplo.

─Simplemente, ten cuidado -me pidió Peter colocando bien mi capa sobre los hombros.

─Lo tendré -afirmé.

─Y por favor, no cometas ninguna locura -suplicó con ojos tristes- Evita exponerte al mayor peligro posible y...

Lo corté. Aparte de que teníamos prisa, veía que tenía las intenciones de empezar su típica retahíla de hermano mayor preocupado. Besé su mejilla, aunque debo admitir que me desvié un poco y casi acabé rozando la comisura de sus labios. Peter calló de pronto y, sin dejar de mirarme, me subí a Svenia, ajustando las riendas y acomodándome el vestido bajo las monturas.

THE GUARDIAN | PETER PEVENSIE 1 ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora