❛te estaremos esperando❜
EL TRAQUETEO DEL TREN era insufrible. Aunque, sinceramente, en ese momento me molestaba todo. Llevaba con la mirada perdida en la ventanilla durante horas y una parte de mí gritaba que aprovechara el poco tiempo que quedaba, que la parada estaba acercándose y que por ende nos separaríamos en breve. Pero me era imposible mirarlos a los ojos o hablarles sin romper a llorar.
La primera noche, justo después de caer del armario, todo era como un viejo recuerdo enterrado en lo más profundo de mi mente. Conocía la habitación, sabía que había dormido en aquella cama tiempo atrás, pero todo parecía un sueño borroso y olvidado.
No dejamos de preguntarnos durante días qué era lo que nos había hecho volver. Aslan, desde luego, no nos había avisado. Y yo sin duda no había sentido algo fuera de lo normal que me dijera que pronto tendríamos que volver a casa. O bueno, mejor dicho, alejarnos de ella.
Cair Paravel era mi hogar y los Pevensie mi familia. ¿Cómo pretendían separarme ahora de ellos? Y, después de pensar no sólo en mí, lo hice en mi pueblo. Habíamos dejado Narnia sin protección alguna, sin nadie al mando. ¿Qué clase de reyes éramos?
A veces dudaba de mí misma, de si realmente había vivido en Narnia, si de veras existía. Pero después escuchaba a Lucy hablar sobre las fiestas en el castillo, a Edmund sobre las justas que se celebraban y en las que él quedaba vencedor, a Susan de los metros y metros de estanterías llenas de libros en la biblioteca y a Peter susurrar nostálgico los brindis y besos fugaces de nuestra boda.
El anillo no estaba en nuestro respectivo dedo anular. Ni siquiera quedaba la marca de este, la del sol o el tiempo sin quitárnoslo. Lo único que nos quedaba era el recuerdo y la gema que colgaba de mi collar, rota y partida por la mitad, la que restaba en Narnia cuando el mismo Santa Claus me la dio.
─No quiero que el tren se detenga -comentó Susan de pronto, rompiendo el silencio.
Separé la frente de la ventanilla, mirándola entre la cortina de lágrimas ardientes en mis ojos. Me sorbí la nariz, limpiándome las mejillas con el dorso de la mano. Peter tiró de mi cuerpo en un abrazo, dejando que reposara la cabeza en su pecho.
─Yo tampoco -musitó él con los labios ahogándose sobre mi cabello.
─¿Qué vamos a hacer ahora? -pregunté con un hilo de voz, temblando ante el mero pensamiento de no volverlos a ver- Yo me iré con mi tía Jenna y vosotros volveréis con vuestra madre.
─Finchley tampoco está tan lejos de Hatfield, ¿no? -inquirió Edmund.
─Sí, para nosotros -respondió Lucy desanimada- Somos niños, no podríamos viajar tan lejos. Y mamá no lo entendería.
─Y menos con los tiempos que corren -añadió Susan.
Solté un sonoro suspiro, totalmente desalentada y sin ninguna esperanza de volverlos a ver en cuanto me bajara del tren. Estábamos en guerra. Seguíamos en guerra. Nosotros ya habíamos librado la nuestra hacía años y ahora teníamos que volver a aguantarla. Teníamos que volver a ser niños cuando hacía tan sólo unas semanas éramos reyes.
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THE GUARDIAN | PETER PEVENSIE 1 ✔ [EDITANDO]
Fanfiction❝La estaban esperando❞ © MINA VEGA | 2015 [the chronicles of narnia: the lion, the witch and the wardrobe / book one in the charlotte staples lewis series]