THE GUARDIAN | PETER PEVENSIE 1 ✔ [EDITANDO]

CAPÍTULO TRECE

❛la imponente presencia del gran león❜  

    ERA INCREÍBLE VER CÓMO EL CAMBIO DE ESTACIONES SE PRODUCÍA EN HORAS. Normalmente, la nieve tardaría semanas en derretirse, pero aquí, en Narnia, solo habían pasado días. Y oh, las flores. Pude contemplar cómo florecían en tan solo diez segundos, como se abrían ante el sol y su aroma llegaba hasta mis fosas nasales. Era, simplemente, impresionante. Era como estar dentro de uno de mis libros. 

Giré la cabeza hacia atrás, manteniendo en mi retina la imagen del río ahora totalmente descongelado, con bloques de hielo navegando entre la fuerte corriente. Un sentimiento de familiaridad me inundó.

Había soñado con esto. Con este bosque. Había soñado con el repentino final del lago congelado junto al rápido inicio de la primavera. Había soñado con esto, el lago, y al final de éste, su bosque. Me percaté entonces que la escena del río congelado y las cinco personitas huyendo de una supuesta bruja no era ni más ni menos que la que anteriormente habíamos vivido los Pevensie y yo al estar escapando de Santa Claus. Era fascinante como durante semanas había estado teniendo sueños premonitorios sobre lo que nos ocurriría aquí en Narnia.

─Así que... novios -me giré precipitadamente hacia la voz que hablaba a mi lado.

Estaba tan absorta en la magia narniana que me había quedado atrás. Pestañeé varias veces hacia Peter, confusa y tratando de hacer que la vergüenza no subiera de nuevo a mis mejillas.

─ Al parecer, para los castores y tus hermanas, sí -respondí empezando a caminar, dejando atrás el árbol floreciendo.

─Y para toda Narnia, también.

─¿Qué quieres decir con eso?

─Bueno, hay otra profecía sobre...

─Oh, sí -me golpeé mentalmente la cabeza contra el tronco de un árbol.

La lucha interna que anteriormente estaba teniendo para que el rubor no subiera a mis mejillas, directamente, había sido en vano, porque de nuevo volvía a estar completamente sonrojada

─¿Ya la conocías? -preguntó frunciendo el ceño.

─ La señora Beaver me la contó cuando fuisteis a buscar a Edmund al castillo de la bruja -respondí, deseando que la tierra se abriera en dos y me tragara- ¿También te la ha contado?

─Acaba de hacerlo ahora mismo, de hecho -volví a golpearme mentalmente la cabeza contra un árbol- Es... curioso.

─¿Curioso? -yo diría mejor bochornoso.

─Bueno, la primera vez que te vi, yo... -pero su confesión se vio interrumpida.

─¡Peter, mira! -Lucy gritaba un par de metros delante de nosotros, pues nos habíamos quedado muy atrás.